Carlos Ghosn ha roto su silencio. Una semana después de que se diese a conocer su huída de la justicia en Japón, el expresidente de Nissan/Renault ha comparecido ante los medios en Beirut, donde se encuentra, para denunciar haber sido víctima de un complot y de una “campaña sistémica para destruir mi reputación". “No escapé de la justicia. Huí de la injusticia y la persecución política", ha asegurado.

Ghosn ha explicado que su fuga de Tokio fue “la decisión más difícil de su vida”. El exdirigente se encontraba bajo arresto domiciliario desde noviembre del 2018 tras ser acusado de estafa a la empresa y desvío de fondos, cargos que él rechaza, asegurando que fue “arrancado” de su familia y amigos y que su detención va en contra de lo establecido por las Naciones Unidas.

Poco antes de su comparecencia, sus abogados han cargado contra Nissan acusando a la empresa de ser “imparcial”. Ghosn ha apuntado en la misma dirección. “Todo fue preparado mucho antes por el Fiscal y por Nissan”, ha asegurado, apuntando a una conspiración.

CONTRA JAPÓN

Ghosn también ha señalado a la justicia japonesa. Según su versión, el antiguo jefe de Nissan/Renault habría sido advertido por los fiscales nipones que si no confesaba “sería peor” y que irían “a por su familia”. También habría sido interrogado durante ocho horas sin la presencia de sus abogados.

El pasado 29 de diciembre Ghosn escapó de su hogar y se fugó hacia Beirut, Líbano, en un avión privado que hizo escala en Estambul, Turquía. Las autoridades turcas detuvieron a siete personas acusadas de ayudar al controvertido dirigente a escapar de la justicia japonesa. Este lunes, medios estadounidenses informaron que se fugó metido en una caja gracias a un supuesto fallo de control de equipajes pesados. Antes, intentó vender los derechos de su vida a un conocido productor de Hollywood para que llevase su caso al cine.