La matriz de la multinacional estadounidense General Motors ha ofrecido todas sus fábricas, incluidas las europeas, como garantías para obtener de forma urgente la financiación necesaria para evitar la quiebra. Esta decisión ha causado malestar en el Gobierno alemán, al que la filial europea de GM (Opel) pidió 3.300 millones para evitar una suspensión de pagos cada vez más cercana.

Según una información del semanario alemán Focus, un miembro del Ejecutivo de Angela Merkel --del que no revela su identidad-- dijo que Opel ya no tiene patrimonio, "solo es un envoltorio". La misma fuente asegura que ante esta situación se ha convertido en "misión imposible" encontrar un inversor para Opel, que es lo que la cancillera alemana ha puesto como condición para dar ayudas estatales.

El problema es que un potencial inversor deberá negociar no solo con GM, sino también con las entidades financieras que tienen las fábricas --incluida la de Zaragoga-- como garantías en caso de impago. Según el diario Westdeutsche Allgemeine Zeitung , el primer ministro del land de Renania del Norte-Westfalia, Jürgen Rüttgers, ha iniciado conversaciones con un potencial inversor en Abú Dabi. El emirato ya se convirtió hace poco en accionista principal del grupo Daimler.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dado a la casa matriz hasta el día 1 de junio para presentar un plan de viabilidad que justifique más ayudas. En su visita a la la planta de Rüsselsheim el pasado martes, Merkel insistió en que trabajará con Obama para crear una Opel Europa bien equipada.