Fiat rompió ayer la alianza suscrita en el 2000 con la estadounidense General Motors (GM), a cambio de una indemnización de 1.550 millones de euros (257.898 millones de pesetas). Tras varios meses de incertidumbre, el consejo de administración de la compañía turinesa accedió a la demanda de "divorcio" planteada por la firma de Detroit, que no estaba dispuesta a cumplir la cláusula del contrato que permitía a Fiat venderle todo su negocio automovilístico en los próximos cinco años y medio. El resarcimiento es algo más de la mitad de lo que pedía Fiat.