El Gobierno aprobará el próximo día 16 un decreto para hacer más flexible el mercado laboral y lograr así una mayoría parlamentaria que avale las exigencias reformistas de la Unión Europea (UE) derivadas de la crisis financiera. Aunque no figura en el documento entregado ayer a los agentes sociales, y que servirá de base para el decreto, el Ejecutivo deja la puerta abierta a la posibilidad de abaratar el despido --indemnizaciones de 20 días por año trabajado-- para las empresas que registren pérdidas durante seis meses consecutivos.

Este polémico tema se puso sobre la mesa en los dos últimos meses de negociación y sobre todo en la larga jornada de la noche del pasado miércoles, pero contó con el rechazo frontal de los sindicatos. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, reconoció ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que esta propuesta hay que englobarla en una redefinición de las causas del despido objetivo. Como aún no se ha hecho el sector empresarial lo considera insuficiente y los sindicatos, que se temen lo peor, la rechazan. Para tranquilizar a estos, Corbacho aseguró que "la tutela judicial efectiva no puede desaparecer".

ESTRATEGIA "EQUILIBRADA" Además, hay otras cuestiones con las que el Gobierno ha querido atender a las peticiones empresariales pero rebajándolas para no levantar la ira sindical. La vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega calificó esta estrategia de "equilibrada" porque al mismo tiempo defiende los derechos de los trabajadores, incrementa la productividad y hace las empresas más competitivas.

Entre estas concesiones se encuentra la posibilidad de que las empresas se descuelguen de los convenios colectivos sectoriales para no aplicar las medidas económicas pactadas; la reducción de los periodos para tramitar los cambios en las condiciones de trabajo o la entrada de las empresas privadas de colocación en la intermediación laboral. Todas estas medidas están incluidas en el borrador y son viejas reivindicaciones de la CEOE y propuestas políticas de PP y CiU.

MODELO AUSTRIACO El borrador establece un año para que el Gobierno, previa consulta a las organizaciones sindicales y empresariales, regule un fondo de capitalización para los trabajadores durante toda su vida laboral (el llamado modelo austriaco). Estaría operativo para todos los contratos indefinidos que se firmen a partir del 2012.

La reforma que propone el Ejecutivo introduce el modelo alemán en casos de reducción de jornada a cambio de evitar la rescisión de contratos. La disminución temporal será de entre el 10% y el 70% de la jornada.

El decreto incentiva los expedientes de regulación de empleo con reducción de jornada laboral con la ampliación del 50% al 80% de las bonificaciones en las cuotas empresariales a la Seguridad Social si la empresa pone en marcha programas de formación para el trabajador.

También se hace extensivo el contrato de fomento del empleo que lleva aparejado una indemnización por despido de 33 días.

Como contrapeso a estas medidas de choque que cambian el panorama de la negociación colectiva de los últimos años, el Ejecutivo atendió propuestas sindicales como la reordenación de bonificaciones para la contratación de jóvenes, mujeres y parados de larga duración.

"La flexibilidad no quiere decir precariedad", afirmó Corbacho en rueda de prensa, "sino más seguridad". El titular de Trabajo defendió la supresión de la dualidad en la contratación dada la elevada tasa de temporalidad en el mercado laboral español, del 92%.

De la Vega y Corbacho no ocultaron su satisfacción por el fin del diálogo con los agentes sociales y la cercanía del inicio del diálogo político en el que esperan sumar una amplia mayoría. Aunque el pleno del Congreso no convalidará el texto del decreto ley hasta el día 22, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se quiere presentar con estas bazas aseguradas el dia 17 al examen de la UE. Esta reforma laboral que, según subrayó ayer De la Vega, está llamada a durar 25 años, tiene como objetivo "modernizar las reglas de juego de un modelo productivo más competitivo".

DISGUSTO SINDICAL No es esta la impresión que sacaron los dirigentes de UGT --Tony Ferrer y Almudena Fontecha-- y CCOO --Ramón Górriz y Paloma López-- que acudieron a las ocho de la tarde al Ministerio de Trabajo a recoger el borrador de 40 folios, que les entregó Alfonso Morón, coordinador del diálogo social, con el que apenas charlaron 30 minutos. La CEOE ni siquiera consideró que se tratara de una reunión formal y no envió a sus negociadores habituales.

"El Gobierno no ha tomado una decisión salomónica", dijo Górriz, recordando sus temores, "sino que se ha inclinado hacia una de las partes". "No es una reforma equilibrada", apoyó Ferrer. "Está orientada a que los empresarios contraten más barato y el despido sea más fácil".