La coalición de Gobierno alemán a las órdenes de la canciller federal, Angela Merkel, sigue empeñada en descargar fiscalmente a las clases medias y bajas pese a la creciente oposición al proyecto, también desde el seno de la gobernante Unión Cristianodemócrata (CDU). "La meta es descargar a quienes tienen ingresos bajos o medios", dijo hoy Steffen Seibert, portavoz oficial de Merkel, quien comentó que la necesaria reforma fiscal debería aprobarse antes del final de la legislatura en 2013, aunque reconoció que no existen planes concretos al respecto. La propia Merkel había anunciado anteriormente que atendería la petición en ese sentido de su socio liberal (FDP) en la coalición, que, según los analistas, desea así cumplir promesas electorales y salir del agujero de popularidad en que se encuentra sumido. Sin embargo, el titular alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, descartó ya este fin de semana cualquier tipo de rebaja fiscal para no amenazar la política de consolidación presupuestaria y reducción de la deuda. A las críticas a una rebaja fiscal se sumaron esta mañana los barones de la CDU, los jefes de Gobierno de los estados federados controlados por el partido de Merkel, quienes respaldan totalmente al titular de Finanzas. "Hasta dentro de tres o cuatro años no se puede pensar en bajar los impuestos. Ahora lo prioritario es reducir la deuda", dijo el jefe del Gobierno de Sajonia-Anhalt, el cristianodemócrata Reiner Haseloff. Su correligionaria y primera ministra de Turingia, Christine Liberknecht, califico el debate sobre una posible rebaja fiscal de "locura" y subrayó que la recuperación económica que registra Alemania solo puede ser aprovechada "para consolidar los presupuestos".