El Consejo de Ministros aprobó ayer el anteproyecto de ley de presupuestos generales del Estado para el 2006 que, según explicaron los vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega y Pedro Solbes, permitirán al Estado gastar más (el 7,6% más que este año) y cerrar las cuentas con un superávit del 0,2% del producto interior bruto (PIB). Todo gracias a la fortaleza de los ingresos, que crecerán el 9,2%.

"Son unos presupuestos bien hilvanados, que van a permitir que la economía siga creciendo y una mejor distribución de la riqueza, sin endeudarnos por encima de nuestras posibilidades", resumió la vicepresidenta. Más de la mitad del gasto se dedicará a programas sociales.

Una buena noticia, según Solbes, es que no habrá cambios de la normativa fiscal. Sólo se corregirá la inflación en la tarifa del IRPF (que evitará una sobrecarga fiscal de 200 millones). Además, las tasas se actualizarán en un 2% y el Estado ingresará 59 millones más. El impuesto de hidrocarburos seguirá congelado. Tampoco tendrán subidas adicionales los de alcohol y tabaco.

LA SOMBRA DEL PETROLEO El vicepresidente enmarcó el presupuesto para el 2006 dentro de una previsión de crecimiento del PIB similar a la del 2005, del 3,3% (casi el doble que la zona euro), que permitirá que el empleo crezca el 2,6% y crear unos 460.000 puestos. La tasa de paro se situará "por debajo del 9%".

Para que se cumpla todo esto, Solbes confía en la recuperación de Europa y en un impacto moderado del precio del petróleo. Los presupuestos se han elaborado sobre una previsión de precio medio del barril de Brent de 55 dólares, pero desde agosto cotiza por encima de los 60 dólares. Los presupuestos, además, se han construido sobre la base de que los tipos de interés "no bajarán".

Solbes volvió a situar la estabilidad presupuestaria como la prioridad de las cuentas, junto con la productividad y el gasto social. En total, el Gobierno prevé gastar 133.947 millones e ingresar 128.000, lo que llevará a un déficit del 0,4% del PIB, que se sumará a otro 0,1% de las autonomías.