E l Gobierno prevé que la economía española crecerá por encima del 10% en el tercer trimestre del año como consecuencia de un proceso de recuperación en forma de V asimétrica, tras el hundimiento del 18,5% anotado en el segundo trimestre. La vicepresidenta Nadia Calviño aseguró ayer en el seminario telemático El sistema financiero en la crisis del covid-19. Retos y compromisos , organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la UIMP de Santander, que «la economía evoluciona de acuerdo con las previsiones del Gobierno», con una recuperación «que ya está en marcha», aunque reconoció que «no se está produciendo en todos los sectores». El sector turístico y hotelero está teniendo más dificultades para volver a la normalidad.

Calviño aseguró que desde abril se ha registrado una recuperación del empleo, que mejora a mayor ritmo que la economía, y que actualmente ya el 75% de los trabajadores afectados por un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) con el confinamiento se han reincorporado a sus puestos de trabajo. Eso se ha reflejado ya en los datos de la Seguridad Social, con un incremento de las afiliaciones al régimen general de 330.000 personas en los meses de julio y agosto y un aumento de 19.000 autónomos en el régimen especial. «Se han destruido menos puestos de trabajo, pese a la mayor caída del PIB que en crisis anteriores», destacó Calviño. Explicó que la recuperación del mercado de trabajo también está siendo asimétrica, por sectores y zonas geográficas, pero que ha resistido de manera «muy reseñable» gracias al apoyo público que se ha dado a los ERTE.

Del mismo modo, la ministra dejo claro que los modelos de crecimiento de la economía que maneja el Gobierno ya incorporaban un escenario de rebrotes.

Según los datos aportados por la vicepresidenta, de la línea en vigor de 100.000 millones en avales del ICO, se han concedido ya 75.000 y que el ritmo de peticiones ha caído, como muestra de que las empresas ya tienen menos problemas de liquidez.

En consecuencia, la siguiente línea de avales de 40.000 millones, que se pondrá en vigor en otoño y actualmente se negocia con la banca, supondrá según la vicepresidenta un cambio en la orientación de las ayudas, que se dirigirán especialmente a proyectos de inversión de mayor valor añadido. En general –dijo– los recursos del Gobierno se destinarán a partir de ahora a fomentar las contrataciones y el empleo, más que a nuevas prestaciones.