El Gobierno informó ayer favorablemente del anteproyecto de ley que regulará el fondo de reserva de la Seguridad Social. La nueva norma permitirá que un porcentaje de esta hucha se ponga en manos de gestoras privadas que, a su vez, podrán invertirlo en acciones, derivados y divisas, como ya se realiza en otros países de Europa.

La clave estará en el futuro reglamento que determinará, por un lado, el porcentaje que gestionarán las entidades financieras y, por otro, el tanto por ciento que estas gestoras podrán invertir en bolsa. En varios países europeos, las gestoras privadas controlan más del 50% de los fondos y están invirtiendo hasta el 89,4% en renta variable. En España, en cambio, se pondrá un máximo al que el Gobierno espera que no se llegue y se comenzará con cantidades pequeñas.

El problema es que el fondo llegará a los 50.000 millones de euros a finales de esta legislatura. La inversión de una parte, por pequeña que sea, en bolsa podría distorsionar el accionariado de ciertas empresas. Así, el Gobierno impondrá unos límites en las participaciones y en los derechos de voto que obtenga con sus inversiones de manera que estas sean puramente financieras, sin intervenir en la gestión de las compañías en las que invierta.

Según explicó ayer el Gobierno, en la actualidad era imposible seguir invirtiendo solo en renta fija y, además, la rentabilidad conseguida no superaba el 5% anual mientras que en otros países se llega hasta porcentajes cercanos al 10%.