Burbuja inmobiliaria, qué burbuja? El ministro de Fomento, Francisco Alvarez-Cascos, negó ayer que la subida anual del precio de la vivienda del 9,2% desde 1998 sea una burbuja especulativa en peligro de desinflarse rápidamente. Para el ministro, el boom inmobiliario se basa en "factores sólidos" que impiden que se pueda producir el descalabro de los precios de hasta un 30% previsto por algunos estudios.

En respuesta a una pregunta formulada en el Senado por el grupo de Entesa Catalana de Progrés sobre la posibilidad de que haya una caída de precios, Alvarez-Cascos intentó demostrar con algunos datos la inexistencia de una burbuja inflada por la especulación.

Entre las bases sólidas que explican el encarecimiento de la vivienda, el titular de Fomento citó "un importante crecimiento" del número de hogares y de la renta junto a una disminución del desempleo, una "drástica caída de los tipos de interés" y una menor rentabilidad de los activos alternativos a la inversión en vivienda.

El Gobierno prevé que esos factores que empujan al alza los precios inmobiliarios se mantendrán en el futuro y seguirán "presionando sobre la demanda de vivienda en los próximos años". Esas presiones, indicó Alvarez-Cascos, "alejan los temores de descensos bruscos en el precio de la vivienda".

TIPOS DE INTERES ESTABLES

Por un lado, los 400.000 hogares que se estima que se crearán cada año mantendrán alta la necesidad de vivienda y, además, "no es previsible", según el ministro, que los tipos de interés sufran incrementos notables por la estabilidad de la Unión Monetaria.

En su afán por desmentir que exista una burbuja especulativa, el titular de Fomento comparó los datos registrados en el actual ciclo expansivo del sector inmobiliario con los de la anterior fase de crecimiento. Entre los años 1987 y 1991, los precios subieron una media anual del 12,6%, mientras que en los siete años siguientes bajaron un promedio del 3,1% en cada ejercicio.

9,2% DE AUMENTO ANUAL

En cambio, desde 1998 hasta el 2002, los precios han aumentado un 9,2% de media anual, 3,4 puntos por debajo que en el anterior ciclo alcista, "lo que no parece compatible con las caídas de los precios del 30%" citadas en algunos estudios.

El ministro también apoyó sus tesis en la opinión de otras instituciones para demostrar la fortaleza actual del boom inmobiliario. Para no descalificar directamente un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista británica The Economist, reprodujo la opinión al respecto de la Asociación Hipotecaria Española, que atribuyó unos "pronósticos tan apocalípticos" a un "conocimiento insuficiente de la dinámica y comportamiento del mercado residencial en España".

La opinión del gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, también fue utilizada por Alvarez-Cascos, a pesar de que, en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, constató "una sobrerreacción al alza de los precios de la vivienda". Según manifestó Caruana, esa subida podrá ser "absorbida de manera ordenada y sin movimientos demasiado bruscos de los precios".

En el planteamiento de la pregunta, el senador Arseni Gibert indicó que un estancamiento o descenso del precio de la vivienda no iría "nada mal", aunque matizó que una bajada brusca tendría consecuencias negativas para el propio sector y para el sistema financiero.

TRES AÑOS DE ADVERTENCIA

El senador de la Entesa recordó que hace tres años alertaron del riesgo de que la inversión y el ahorro se decantaran hacia la construcción "excesivamente" y no hacia bienes de equipo, una posibilidad que los responsables económicos del Ejecutivo de José María Aznar minimizaron "con cierta displicencia".