El caso Prestige se llevará por delante el déficit cero español. El Ejecutivo no ahorrará esfuerzos para paliar los efectos de la catástrofe y, con toda seguridad, ello provocará que en el 2003 no se cumplirá el equilibrio previsto en los Presupuestos del Estado que hoy aprobará el Parlamento. Tampoco es seguro que las cuentas del 2002 se puedan cerrar en equilibrio, tal como insiste en remachar el Ministerio de Hacienda. Así de claro lo expresó ayer el vicepresidente económico, Rodrigo Rato, en su intervención ante la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados.

El mensaje de Rato choca con la tenacidad con la que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha defendido en los últimos días que el esfuerzo por el Prestige sería compatible con el déficit cero. La subida de una décima en las cotizaciones sociales (que reportará 300 euros) también ha desmentido la suficiencia vaticinada por Montoro.

En todo caso --explicó--, el posible déficit consecuencia de las ayudas por los efectos del naufragio no computará a efectos "de los compromisos de estabilidad de España con la Unión Europea", pues obedecen a "gastos extraordinarios" por una catástrofe natural. Esto quiere decir, según Economía, que Bruselas no obligará a corregir la desviación con medidas de recorte en otros gastos.

Por esta razón, el programa de estabilidad de España para el periodo del 2003 al 2006 --que el Gobierno aprobará, previsiblemente este viernes, antes de remitirlo a Bruselas-- mantendrá el objetivo de equilibrio presupuestario para el año próximo.

De momento, según Rato, las cuentas del 2002 ya incluirán ayudas por 230 millones de euros (38.268 millones de pesetas) que, según la Secretaría de Estado de Presupuestos, se financiarán con remanentes de créditos de diferentes ministerios. Aún es imposible calcular el coste total para este ejercicio.

RETRASO DE UN AÑO

Rato presentó ayer las grandes cifras que se incluirán en el programa de estabilidad 2003-2006 y que, en relación con el plan anterior, supone retrasar un año, hasta el 2005, el superávit presupuestario de una décima del PIB, inicialmente programado para el 2004. El retraso en la recuperación internacional y el menor crecimiento registrado en el 2002 justifican esta revisión.

Para el año próximo, el Gobierno mantiene la previsión de crecimiento de la economía del 3%. No obstante, ante la eventualidad de un crecimiento menor (2,6%) se calcula que el déficit público podría alcanzar el 0,4% del PIB. En el programa de diciembre del 2001, incluso en el escenario de crecimiento reducido, se acompañaba de una previsión de equilibrio presupuestario.