La vicepresidenta económica, Elena Salgado, presentó ayer en el Congreso el proyecto de presupuestos del Estado para el 2011 (los más austeros de la Democracia, según el Gobierno), para los que fijó la reducción del déficit hasta el 6% del PIB como "prioridad absoluta".

Todas las partidas de gasto caen, salvo el pago de intereses de la deuda pública, y algunas tan importantes para el crecimiento económico, como la inversión en infraestructuras baja el 40%. La vicepresidenta remarcó que estos son "los presupuestos de la recuperación", que van a "ayudar al crecimiento". ¿Como puede hacerlo si está repleto de recortes?. "Porque el elemento más importante en este momento para el crecimiento es la confianza, y creo que estos presupuestos inspiran confianza", respondió ayer Salgado.

Para la vicepresidenta, la reducción del déficit público es mucho más que "una obligación internacional", es "la única manera de proteger al país de una situación todavía volátil y con elementos de inestabilidad". Por ello, reafirmó la política econó- mica del Gobierno. "Habrá austeridad y más reformas y el déficit se mantendrá como objetivo prioritario", dijo. "Los resultados obtenidos en los últimos meses nos indican que estamos en el camino correcto", remachó.

IMPULSO DEL CONSUMO Solo desde este convencimiento es posible pensar que un presupuesto de gastos que se reduce el 7,9% respecto al año anterior en términos homogéneos y que recorta en un 16% la capacidad de maniobra de los ministerios pueda ayudar a la economía española a crecer el 1,3% en el 2011, que es la previsión del Gobierno, el doble de 0,6% que pronostican de media los principales expertos del país. Economía confía en que la recuperación llegará con el impulso del consumo privado, la inversión y las exportaciones.

En su informe sobre Perspectivas Económicas Globales, difundido ayer, el FMI admite que, a largo plazo, la austeridad suele ser positiva para el crecimiento, si bien efectos negativos a corto plazo, "muy dolorosos", aumentan cuando los planes se abordan por muchos países a la vez.

Uno de los efectos es la más lenta recuperación del empleo. Economía ha elevado del 19,4% al 19,8%, al borde del temido 20%, la previsión de tasa de paro para el 2010. Eso supone una cifra de 4.562,300 parados. Para el año que viene se prevé que la tasa bajará a una media 19,3%, lo que supone 4.448.600 parados (113.700 menos que en el 2010). El Gobierno cree que en el 2011 se crearán 43.400 empleos, después de la destrucción en los dos años anteriores de 1.645.600.

En línea con este recorte del paro, el presupuesto de la prestación por desempleo para el 2011 se ha reducido el 1,6%, hasta 30.474,06 millones. También porque, según apuntó Salgado, se irá agotando la prestación contributiva de muchas parados que tarden en hallar un trabajo.

De todos los capítulos de gasto, solo crece el de intereses de la deuda pública, que sube el 18,1% hasta llegar a 27.400 millones. Los gastos corrientes bajan el 6,2% y los de personal lo hacen el 2,7% por efecto de la congelación del sueldo de los empleados públicos (tras el recorte del 5% en el 2010) y de la menor oferta pública de empleo, que provocará una reducción de 13.000 funcionarios en el 2011 (30.000 menos hasta el 2013).

Por políticas de gasto, el de carácter social representa el 58% en el presupuesto del 2011, un peso inédito (en el 2010 fue del 51,6%) a pesar de la congelación de las pensiones y de los fuertes recortes en las políticas de vivienda (el 19,3% menos), sanidad, educación, cultura y servicios sociales, donde se incluye el apoyo a la dependencia, familias o violencia de género. Por otro lado, suben las becas (el 2,6%) y las pensiones mínimas, el 1%.

Las actuaciones de I+D+i del ministerio de Ciencia caerán el 1,6%, pero el conjunto de estas políticas lo hace el 7%.