El Gobierno pondrá en marcha en los próximos días el diálogo con las grandes empresas de distribución en España como Mercadona, Lidl o Eroski con el objeto de calmar a los agricultores y ganaderos que protestan por la baja rentabilidad de sus producciones. "La distribución es parte de la solución del problema", aseguró el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

"Es importante que la distribución contribuya a valorizar desde el punto de vista económico y reputacional el trabajo de los agricultores y ganaderos", continuó Planas antes de exponer algunas de las medidas con las que el Ejecutivo prevé abordar un problema que, recordó, no es ajeno a España, sino que afecta a otros países europeos como Francia, Alemania o los Países Bajos. El ministro se mostró comprensivo con los productores ante las campañas de publicidad de la gran distribución en las que se dice que "el futuro es la espiral de las rebajas" y aseguró "estar convencido" de que los supermercados "serán sensibles a ello".

Agricultores y ganaderos iniciaron el pasado martes en Zaragoza, Galicia y Victoria una serie de movilizaciones regionales que se mantendrán las próximas semanas en otras provincias españolas para reivindicar "la falta de futuro" de las explotaciones agrarias debido a la baja rentabilidad. Los precios de venta de los productos no alcanza a los costes, por lo que los productores reclaman medidas que equilibren la cadena agroalimentaria para evitar la 'venta a pérdidas' que sufren.

El ministro Planas inició ayer una mesa de diálogo con las tres principales organizaciones agrarias COAG, Asaja y UPA en el que puso en marcha una hoja de ruta para abordar este problema, a la que ahora se suma la llamada al diálogo con la gran distribución. El ministro se comprometió el lunes a incrementar la dotación presupuestaria, aunque sin desvelar en cuánto, para apoyar los seguros agrarios ante las catástrofes climatológicas, muy presentes en los últimos meses, y a dar respuesta a la volatilidad de los precios del mercado y los escasos márgenes con la modificación de la Ley de la Cadena Agroalimentaria de 2013.

En este sentido, tal y como adelantó ayer, el ministro prevé presentar en las próximas semanas un borrador que incluirá la trasposición de la Directiva de Prácticas Comerciales Desleales; una fórmula para reducir la destrucción de valor de los productos agrarios a lo largo de la cadena, conocido como 'venta a pérdidas', obligará a introducir los costes de producción como factor de referencia en los contratos agrarios y a publicitar sanciones por incumplir la normativa de la Ley.

Además, el Ejecutivo pretende mejorar la estructura vertical y horizontal de la oferta, a través de Ley de Organizaciones Profesionales, así como la puesta en marcha de un Plan Estratégico Nacional para analizar los márgenes y la situación desde el punto de vista productivo de los sectores de cara a diseñar los apoyos.

El salario mínimo no es el gran problema

El salario mínimo no es el gran problemaUna vez más, el ministro volvió a insistir en que la subida del salario mínimo no es el principal problema al que se enfrentan los agricultores. Luis Planas aseguró que el alza del SMI "es uno más de los factores que influencian en los insumos del sector agrario" pero "no es lógico", dijo, establecer una correlación entre el aumento del paro en el campo y el alza de los salarios.

Preguntado por los datos de paro del mes de enero del año pasado en el campo, cuando creció al 3,5%, frente a los de este año, cuando lo hizo al 6,4%, Planas aludió a la estacionalidad de los cultivos y las explotaciones. "Por ejemplo, veo claro el final y la cosecha inferior desde el punto de vista de la aceituna y se ve claramente en las provincias aceituneras, mientras que las vinculadas a frutos rojos hay un incremento (del empleo)", explicó el ministro.