Los Presupuestos de 2011 no incluirán previsiblemente una subida de impuestos, aunque se haga un "pequeño ajuste" para garantizar la equidad, e incorporarán la recuperación de 500 millones de euros para infraestructuras, sin que nada de ello impida que el déficit se reduzca dentro de lo previsto. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, aseguró que para que el Estado facture lo previsto el año que viene no será necesaria una nueva reforma fiscal, si bien no descartó la citada modificación que no tendría, aseguró, ánimo recaudatorio.

De acometerse este ligero ajuste, se cumpliría lo que ha venido anunciando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien ha dicho en varias ocasiones que los nuevos esfuerzos habría que pedírselos a quienes tengan un mayor poder adquisitivo. No obstante, Salgado aseguró que esa posibilidad no está de momento sobre la mesa y zanjó así el debate abierto en los últimos días por el ministro de Fomento, José Blanco -presente en la rueda de prensa-, quien había dejado entrever la subida impositiva.

La también titular de Economía dijo que las modificaciones fiscales hechas a lo largo del año, como el aumento del IVA o la supresión de las deducciones por la compra de vivienda y de 400 euros en el IRPF, entre otras, garantizan los ingresos y el compromiso de reducir el déficit público al 6% del PIB en 2011. Tampoco comprometerá el objetivo de estabilidad presupuestaria la reasignación de 500 millones de euros para retomar infraestructuras que inicialmente se habían visto afectadas por el plan de austeridad.

Ese reajuste, que podría ser "ligeramente superior" una vez que se concreten las cuentas del próximo año, procede en su mayor parte de una mejor previsión para 2011 sobre el pago de intereses asociados a la deuda del Estado. Según el ministro de Fomento, José Blanco, estos recursos adicionales beneficiarán a 50 obras de casi todas las comunidades autónomas que están en avanzado estado de ejecución. Se dará prioridad a aquellas que facilitan la movilidad y cohesionan el territorio, de las que Blanco puso como ejemplo la Autovía del Cantábrico (A-8), aunque dijo que el resto se detallará en el anexo de inversiones que contengan los presupuestos.

También anunció que la intención de Fomento es empezar a licitar actuaciones del Plan Extraordinario de Infraestructuras (PEI) a partir de septiembre, una vez que se hayan reprogramado las obras en función de los criterios definitivos que marquen las cuentas del Estado. El ministro no cree que vaya a haber dificultades financieras para sacar adelante estos proyectos tras los acuerdos firmados con el Banco Europeo de Inversiones, la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) y la Asociación Española de Banca (AEB), así como la puesta en marcha de un fondo de 1.000 millones de euros del Instituto de Crédito Oficial (ICO).

Preguntado por la reunión inicialmente prevista para hoy y posteriormente suspendida entre el presidente del Gobierno y los responsables de las principales constructoras del país, Blanco aseguró que "no hay previsión" de convocar este encuentro a pesar de lo cual aseguró que la relación entre su departamento y el sector es "fluida e intensa" y seguirá siéndolo.

Además insistió en que en el mercado interior "nada va a ser como hasta ahora" por lo que las empresas tendrán que buscar oportunidades en la internacionalización, objetivo en el que el Ministerio les prestará ayuda. El Partido Popular ha pedido la comparecencia en el Congreso de la vicepresidenta segunda y del ministro de Fomento para que aclaren qué piensa hacer el Gobierno en materia de impuestos y de infraestructuras y cómo lo va a plasmar en los Presupuestos de 2011.