Y al tercer presupuesto se suavizaron los ajustes. El Gobierno confía en que, después de dos ejercicios marcados por duros recortes e incrementos tributarios para reducir el déficit público, la recuperación proporcionará el año que viene suficiente recaudación para evitar subidas de impuestos como las del 2012 y la de este año, así como grandes recortes en los gastos. Todo ello permitirá alcanzar el objetivo de déficit público del 3,7% para el Estado y del 5,8% para el conjunto de las administraciones, como obliga el programa de estabilidad aprobado por Bruselas.

En palabras de la vicepresidenta del Gobierno, los del 2014 son "los presupuestos de la recuperación". Para el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, se trata de unas cuentas "rigurosas, austeras y comprometidas con la reducción del déficit" para un ejercicio que, según el ministro de Economía, Luis de Guindos, supondrá "un punto de inflexión" tras de cinco años de crisis económica.

Y es que el escenario el que se pondrán en marcha estas cuentas públicas será el primer año con una clara tendencia de crecimiento e incluso con creación neta de empleo en la segunda mitad del ejercicio, desde que estalló la crisis, según explicó el ministro de Economía, De Guindos. También se atisba cierta tendencia a la reducción del desempleo, con una tasa de paro que este mismo año se reduce del 27,1% inicialmente previsto, hasta el 26,6%; y al 25,9% el ejercicio próximo.

SUAVEMENTE POSITIVO De hecho, la evolución "suavemente positiva" del conjunto de la economía ya se da en el tercer y cuarto trimestre del presente ejercicio, según el titular de Economía. Por todo ello en el cuadro macroeconómico del proyecto de cuentas públicas el Ejecutivo de Mariano Rajoy se aventura a pronosticar un crecimiento del 0,7% el año que viene, en vez del 0,5% inicialmente pronosticado. El propio Guindos tachó las previsiones de "prudentes y conservadoras", teniendo en cuenta que muchos organismos y entidades han augurado un crecimiento del 1% durante el año que viene.

Esta recuperación se apoyará en ligeras subidas del consumo de las familias y de la inversión, con alzas del 0,2%. De todas formas, pese a contribuir de forma positiva al resultado final, se mantendrá la contribución del sector exterior (1,2 puntos), gracias al dinamismo de las exportaciones, si bien esta aportación se reduce con respecto al 2013 (1,9) y el 2012 (2,5). El sector exterior ha sido en los últimos años, junto con el turismo, prácticamente el único motor no paralizado de la economía española.

De Guindos destacó el "histórico" superávit exterior del 2,3% del PIB que se alcanzará este año y del 3,4% el que viene. Gracias a ello desaparece la dependencia del exterior en la captación de recursos. Para el Gobierno todo ello es fruto de la mejora de la competitividad por "la reforma laboral y la liberalización de mercados y servicios", que ha provocado "un cambio estrucutal".

Pero no todo el mundo ve igual el futuro. Tras conocer las cifras del proyecto, que el próximo lunes se remitirá al Congreso de los Diputados, el PSOE afirmó que se trata de los presupuestos "de la consolidación del empobrecimiento de las familias". Y para IU, "una declaración de guerra a los trabajadores". En el ámbito político se critica lo que se considera exceso de optimismo por parte del Gobierno.

Las previsiones del proyecto de Presupuestos aprobado ayer por el Ejecutivo recogen unos ingresos tributarios que llegarán a 179.750 millones antes de la cesión de los entes territoriales, con un aumento del 1,1% sobre la previsión para el 2013. Este crecimiento, superior al del conjunto de la economía, derivará "del ensanchamiento de las bases tributarias", según Hacienda.

Eso supone más ingresos gracias a una mayor actividad económica, con crecimiento del PIB en lugar de retroceso. A pesar de los precedentes en cuanto a compromisos tributarios y electorales, el ministro de Hacienda quiso dejarlo muy claro: "No habrá subidas de impuestos". Incluso habrá "rebajas tributarias selectivas", especialmente a nuevas empresas, pymes y autónomos con el objetivo de "fortalecer el crecimiento", explicó Montoro.

Además de la congelación salarial a los empleados públicos, los ministerios dispondrán del 4,7% menos para gastar, con 34.584 millones. De esta cantidad se excluyen las aportaciones a la Seguridad Social, el Servicio Público de Empleo y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En total, el límite de gasto es de 133.259 millones, con un alza del 2,7%.