El Gobierno trabaja en el diseño de una "tarifa social" de la electricidad, más baja, dirigida a familias con rentas medias y bajas, de modo que las importantes subidas de la luz que se avecinan tengan un impacto limitado en las economías más modestas. Así lo han confirmado a este diario sendas fuentes de los ministerios de Economía y de Industria.

Tanto el vicepresidente económico, Pedro Solbes, como el ministro de Industria, Joan Clos, han explicado públicamente la necesidad de reformar el régimen de la tarifa eléctrica. El objetivo es que los precios de la luz reflejen lo que realmente cuesta producirla y que suban o bajen según las materias primas (petróleo, gas, carbón...), como sucede con la gasolina, el gas y otros combustibles.

El Gobierno encara este dilema con gran preocupación, consciente de la impopularidad que tiene subir el recibo de la luz. Además, el líder del PP, Mariano Rajoy, quiere dar la batalla política con esta cuestión.

Si se trasladaran todos los costes de producción al recibo de la luz, este debería subir el 30%. Pero el Gobierno socialista no quiere pasar a la historia como el que provocó semejante descalabro en la economía familiar. Los pasos se van a ir dando "progresivamente", según Solbes. Y, además, con medidas paliativas para las capas sociales con menor poder adquisitivo. De ahí, el invento de la "tarifa social".

El NUEVO MECANISMO En la actualidad ya existe una "tarifa social", la llamada 1.0, a la que se pueden acoger los inmuebles con una potencia contratada de hasta 770 watios. Esta tarifa apenas representa el 0,1% del consumo doméstico total, y su uso se limita a escaleras, trasteros, portales, bodegas, etc. Aunque el consumo de un hogar no alcance los 770 watios, cualquier vivienda necesita contratar una potencia superior, para que no salten los plomos y por eso todos los hogares están sujetos a la tarifa 2.0, más cara.

La idea del Gobierno es desarrollar una auténtica tarifa social, que se fijará en función de la potencia consumida, no de la instalada. El nuevo modelo busca que para las clase bajas y medio-bajas el incremento sea muy moderado. "Se podrán beneficiar de ella un número muy amplio de familias", aseguran fuentes del Gobierno. La subida mayor será para las familias con un poder adquisitivo medio-alto.

La pista la dio el propio Solbes en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado, aunque entonces pasó desapercibido. "No es razonable que en estos momentos la tarifa eléctrica se aplique de forma indiscriminada a todo el mundo, sea cual sea su ingreso, y que estemos trasladando al futuro una parte del coste del producto que ahora estamos consumiendo", dijo.

El modelo de tarifa eléctrica que ultima Industria prevé aplicar diferentes precios para los consumos diurnos y nocturnos, de modo que el consumidor encuentre atractivo en desplazar parte de su consumo a la noche --el lavavajillas, la secadora...--, descargando así la presión sobre la red el resto del día. Para ello, sin embargo, hay que sustituir los 22 millones de contadores domésticos por otros electrónicos, lo que llevará varios años.