El Gobierno prevé que se mantenga la presión fiscal para el 2017 a pesar de las subidas tributarias incluidas en el real decreto-ley publicado este sábado en el boletín oficial del Estado (BOE).

Con ello entran en vigor la supresión de deducciones en el impuesto de sociedades y las subidas en los gravámenes a los alcoholes de alta graduación (quedan fuera la cerveza y el vino) y al tabaco. Todo debe proporcionar unos 4.800 millones (4.650 millones procedentes de Sociedades) y 350 de los impuestos especiales. Con otras medidas está previsto que los ingresos aumenten en 7.000 millones en total.

En los planes del Ejecutivo se estima que el aumento de la recaudación mantendrá estable la presión fiscal y permitirá "situar la previsión de ingresos para la determinación del techo de gasto del Presupuesto del Estado para el 2017 en un nivel similar a la previsión de recaudación que existía cuando se formuló el Presupuesto para el 2016".

TECHO DE GASTO

Para el año que viene el techo de gasto se ha fijado en 118.337 millones, unos 5.000 millones por debajo del previsto, pero a igual nivel que el que se liquidará en el 2016, según anunció el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Los ingresos previstos en el 2016 tras la cesión a las autonomías y territorios se situó en 134.773 millones de euros.

En el plan presupuestario provisional remitido a Bruselas, la previsión de presión fiscal para el año que viene se situó en el 33,9% frente al 34% del ejercicio actual. En todo caso, este porcentaje de los ingresos tributarios con respecto al conjunto de riqueza que genera el país se sitúa en la franja baja tanto de la Unión Europea (UE) como de los países más desarrollados, integrados en la OCDE.

El real-decreto ley también incluye el nuevo salario mínimo y la subida de la base máxima de cotización a la Seguridad Social.