Dentro de seis años, España debería haber dejado de ser un país "moderadamente innovador" a figurar en la cúpula de las 10 economías más innovadoras del mundo. Ese es el propósito que se ha marcado el Gobierno y que la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, anunció ayer, como paso indispensable para salir de la crisis económica.

"Tenemos que recuperar la senda del crecimiento económico, y eso pasa por incidir en actividades que tengan que ver con el conocimiento y la innovación", dijo la ministra, en el marco del Encuentro de las Telecomunicaciones en Santander. "El desafío es complejo, pero no inalcanzable", añadió.

Para lograr ese objetivo, el Gobierno trabaja en una "hoja de ruta", la Estrategia Nacional de Innovación, que marca las políticas prioritarias en este ámbito, entre las que destacó facilitar el acceso a la financiación privada para la innovación (entrada de capital riesgo), dinamizar mercados como el de las energías renovables o la lucha contra el cambio climático, e incorporar talento al tejido productivo. En este último aspecto, la ministra recordó que, con el Plan E, más de 1.300 doctores y tecnólogos se han incorporado a empresas españolas en un año. Garmendia avanzó que el Gobierno se reunirá con las instituciones autonómicas y locales para coordinar estrategias.

La titular de Ciencia también aseguró que la anunciada subida de impuestos no afectará a la innovación. "No se tocará la fiscalidad de I+D+i investigación, desarrollo e innovación", afirmó.

PERDIDA DE INGRESOS Las buenas intenciones de la ministra chocaron con el negro panorama que dibujó el consejero delegado de Telefónica, Julio Linares, en el mismo foro que organiza cada año la AETIC en la Universidad Menéndez Pelayo. Linares cargó contra la Comisión Europea por su regulación de precios. El directivo afirmó que las tarifas de roaming (llamadas de móvil en el extranjero) y las de terminación (las que se cobran unas compañías a otras por prestarse el servicio) han llevado a una bajada de precios muy acusada, que no ha ido acompañada del esperado aumento de la demanda. Como resultado, Linares afirmó que, en la UE, el sector "habrá perdido" 40.000 millones de euros, y que "se habrán dejado de invertir" unos 6.000 millones durante el periodo en que los precios regulados estarán vigentes (2007-2012). Linares recordó que Europa está muy por detrás, en cuanto al despliegue de redes de nueva generación, de EEUU, Corea del Sur y Japón.

El presidente de la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT), Reinaldo Rodríguez, compartió la misma opinión al calificar de "demasiado intervencionistas" las políticas regulatorias de la Comisión en materia de redes de nueva generación, y considerar que podrían tener "un efecto desincentivador" de las inversiones.