El nuevo contrato propuesto por la CEOE ha muerto antes de nacer. El Gobierno y los sindicatos, sus interlocutores en el diálogo social, rechazaron ayer de plano la propuesta. La patronal apostaba por un tipo de contratación "indefinida no fija", con una indemnización por despido de ocho días, para frenar la sangría del paro y reactivar el empleo.

El ministro de Trabajo se encargó de desalentar las esperanzas de la organización patronal. Celestino Corbacho afirmó que el Gobierno "de ninguna manera" va a aceptar cualquier posibilidad de abaratar el despido "con la excusa de crear más empleo". En consecuencia, apuntó desde Gijón, los empresarios deberían centrarse en contratar a parados que cobren el subsidio para beneficiarse de las bonificaciones.

Corbacho no rechazó reformas, pero siempre que vayan encaminadas a flexibilizar "la contratación, y no el despido". Por su parte, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, advirtió a la CEOE, que ha enviado su propuesta a todos los grupos parlamentarios, de que "cualquier modificación debe hacerse en el marco del diálogo social".

DECEPCION Y CRITICAS Los sindicatos también fueron rotundos en su rechazo. Ramón Górriz, de CCOO, manifestó "decepción y sorpresa". La propuesta, a su entender, se dirige "a velocidad de crucero hacia el despido libre y gratuito" y se enmarca en la "coral" de instituciones que, como el Banco de España y el FMI, pretenden "desregular" el mercado laboral. Su homólogo en UGT, Antoni Ferrer, coincidió en que el único objetivo de la patronal es "mantener su tasa de beneficio, reduciendo los derechos de los trabajadores".

El líder de la patronal, Gerardo Díaz Ferrán, defendió su propuesta. Su objetivo, explicó, no es abaratar el despido, sino favorecer que los contratos temporales se conviertan en fijos en condiciones "asumibles para los empresarios" y mejorar los "malos" contratos parciales en vigor. Si no se lanza una reforma en los términos que propone la organización, aseveró, el paro seguirá aumentando. "Y entonces sí que peligrarán las pensiones", dijo.

Respecto a las pensiones, la vicepresidenta Salgado aseguró ayer que el Gobierno no las revisará a la baja aunque la inflación registre tasas negativas, como ha sugerido el Banco de España. Tampoco va a revisar el incremento aprobado el año pasado para este ejercicio aunque el índice de precios de consumo (IPC) sea menor de lo previsto.