El Gobierno y los sindicatos van a mantener viva la negociación sobre la reforma del sistema público de pensiones al menos durante esta semana, aunque la posibilidad de un acuerdo es escasa porque ambas partes se mantienen firmes una a cada lado de la famosa línea roja: la jubilación obligatoria a los 67 años. La voluntad de continuar dialogando aleja también la convocatoria de huelga general para las vísperas del día 28, cuando el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el proyecto de ley.

Tras un fin de semana de intensas conversaciones, ayer ambas partes acordaron "por responsabilidad" seguir "explorando los márgenes" para acercar las propuestas del Ejecutivo y las prioridades de las centrales sindicales.