El desarrollo de la red móvil 5G, una competencia en manos de los gobiernos europeos, se ha convertido en un objetivo clave para el futuro tecnológico de la Unión Europea. Pero también en un elemento de máxima preocupación ante al aplastante dominio de gigantes como Huawei, a quien la administración de EEUU acusó de espionaje y ha vetado por sus vínculos con el gobierno chino.

Bruselas no llega tan lejos y ha optado, de momento, por no inmiscuirse en esta pelea. No obstante, ayer presentó un plan para reforzar la seguridad de las redes europeas, sin atacar directamente al coloso chino.

La batería de recomendaciones no incluye prohibir a empresas como Huawei participar en licitaciones europeas, aunque el vicepresidente de la Comisión Europea, Andrus Ansip, admitió que la multinacional también preocupa en Bruselas, especialmente, a raíz de la ley adoptada por el gobierno chino en 2017 que supuestamente obligaría a las empresas de tecnología con sede en el país a cooperar técnicamente con el Estado. «Sabemos que China es un agente muy importante en este mercado y por eso todo lo que se debata va a incluir a China y a los proveedores de China», apunta el comisario de seguridad, Julian King.

Los 28 deberán ahora realizar una evaluación de riesgos en un plazo de tres meses. Un análisis que completará, a escala europea, la agencia europea de ciberseguridad para octubre. En paralelo, los gobiernos empezarán a cooperar en un grupo técnico. Este doble ejercicio servirá para definir antes del 31 de diciembre de 2019 «una caja de herramientas» con medidas para mitigar posibles riesgos que podría incluir certificaciones, exámenes, chequeos y la identificación de productos no seguros.

«La tecnología 5G transformará nuestra economía y nuestra sociedad y creará oportunidades masivas para la gente y las empresas», aseguró Ansip.«Esto no puede ocurrir sin una seguridad plena. Así que es esencial que las infraestructuras sean resistentes y plenamente seguras».