José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y consejero delegado del BBVA en la época en que el banco presuntamente contrató al excomisario Villarejo para hacer escuchas ilegales (4.000 teléfonos y unas 15.000 llamadas de políticos, empresarios y periodistas), negó ayer cualquier vinculación con dicho escándalo. «Representa una enorme sorpresa. Ni conocimos ni participamos, en el supuesto de que así sucediese», afirmó en su nombre y en el de José Sevilla, consejero delegado de Bankia y también exdirectivo del BBVA.

Es notoria la mala relación del ejecutivo con Francisco González, el que fuera su presidente en el BBVA y desde hace unas semanas presidente de honor de dicho banco y su fundación. Pero Goirigolzarri evitó hacer sangre: «Trabajé más de 30 años en el banco, le tengo un extraordinario cariño. No quiero que se me malinterprete, quiero lo mejor para el BBVA». Así, para calificar los presuntos hechos se ha limitado a remitir a la carta que el actual presidente de su antigua entidad, Carlos Torres Vela, ha enviado a sus empleados, en la que los tildaba de «muy graves, deplorables».

Goirigolzarri también ha evitado rebatir o compartir el comentario de María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, que la semana pasada aseguró que González ha sido un «banquero modélico», sin querer entrar a valorar «otras cuestiones que entran en el terreno de la política, no de la banca», como a su juicio son las supuestas escuchas para tratar de parar el intento de Sacyr de controlar la entidad. El presidente de Bankia no ha querido pronunciarse: «Nunca hablo ni juzgo a personas».

Sin embargo, sí ha admitido que el caso «bueno no es» para la imagen del sector, si bien se ha mostrado convencido de que el BBVA está trabajando con la «máxima diligencia y profundidad» para aclararlo. En este sentido, ha asegurado que ni él ni Sevilla, que presuntamente fueron espiados, tienen constancia de ello («Nunca he sospechado que nadie me estuviera grabando ni lo sospecho ahora») ni tienen pensado por el momento emprender acciones legales («Con la información que tenemos no, en absoluto»), pero mucho menos están preocupados por la investigación interna que su antigua entidad comenzó el pasado junio.

703 millones / Bankia ganó el año pasado 703 millones de euros, un 39,4% más gracias sobre todo a la integración de BMN (en el 2017 el banco absorbido solo se incluyó en sus cuentas a partir de diciembre). Su negocio, sin embargo, se está viendo muy penalizado por los bajos tipos de interés: el resultado antes de provisiones cayó el 9,1% si se compara incluyendo a BMN en las cuentas del 2017.

Pese a ello, José Ignacio Goirigolzarri ha asegurado en otro momento que el banco cumplirá el compromiso de su plan estratégico de pagar 2.500 millones a sus accionistas entre el 2018 y el 2020, pese a que ello supondrá abonar 2.143 millones. Lo hará vía dividendo ordinario y devolución extraordinaria del capital por encima del 12%, y confía para ello en la recuperación de su actividad comercial y en una subida del euríbor.