Por paradójico que parezca, la negativa de las principales fuerzas políticas a buscar un acuerdo contra la crisis ha llevado a los grandes banqueros del país a liderar las llamadas a la unidad. Francisco González, presidente del BBVA, elevó ayer el tono de un mensaje que ya se ha oído en boca de sus principales colegas. "El éxito va a depender de nuestra capacidad para aparcar diferencias e intereses particulares y trabajar juntos para afrontar esta situación que, a mi modo de ver, es de verdadera emergencia nacional", advirtió el segundo banquero del país.

Al igual que hizo Emilio Botín, presidente del Santander, hace algo más de un mes --llamó a "ir de la mano" al Gobierno, la CEOE, los sindicatos y las cámaras de comercio--, González hizo hincapié en la urgencia de lanzar un pacto entre los partidos y con los agentes sociales. La tarea de superar la crisis, alertó, "es de tal envergadura que ningún Gobierno, ningún partido puede llevarla a cabo en solitario".

El primer ejecutivo del que ha sido el segundo banco del mundo por beneficios este año, tras el propio Santander, pintó un feo panorama para España. El impacto de la crisis global, apuntó, ha sido mayor en el país por tener un modelo productivo dependiente del sector inmobiliario, un uso muy intensivo de mano de obra y un alto endeudamiento de empresas y familias, factores que provocan un brusco aumento del desempleo. "Es el gran problema de nuestro país. Hay que hacer lo que sea para que las cifras del paro no sigan creciendo: medidas estructurales, y también algunas coyunturales", reclamó durante la junta de accionistas del banco.

´NEW DEAL´ AMERICANO González echó mano de la New Deal (nuevo contrato, en inglés) que impulsó el presidente de EEUU Franklin Delano Roosvelt para superar la Gran Depresión. "Nuestro país necesita un acuerdo nacional con el compromiso explícito de todos. Es decir, un gran contrato económico y social para afrontar nuestros graves problemas inmediatos y avanzar hacia ese nuevo modelo. Para que la economía española sea más productiva y más competitiva en el mercado global, más creadora de riqueza y, sobre todo, de empleo", reclamó.

El modelo de la economía española, subrayó, está "agotado" y la crisis será "larga y dolorosa y limitará la capacidad de crecimiento futuro" si no se impulsa un pacto. Pero no quiso resultar pesimista en exceso. España, mantuvo, ya superó situaciones muy difíciles en el pasado con "el consenso y el esfuerzo colectivo" que, de repetirse, harían que la crisis resultará un "paréntesis duro, pero transitorio" antes de volver a la senda de crecimiento sostenido de las últimas décadas.

A su juicio, la economía global ha entrado en un "círculo vicioso", en el que la recesión daña a la banca y la debilidad de esta aviva el deterioro de la economía. Las medidas públicas han resultado "insuficientes", por lo que hay que actuar de forma "tan radical como sea necesario", pero respetando la competencia, el libre comercio y la coordinación internacional.

RIESGOS González también reclamó ayer al Gobierno que no salve mediante ayudas públicas a ninguna entidad "irremediablemente dañada", pues ello perjudicaría al funcionamiento del sistema y perpetuaría la desconfianza. Esa entidad, aseguró, se vería incapacitada para dar crédito, además de consumir los recursos públicos. Por contra, apostó por "identificar y aislar" a la entidad, sanearla y reestructurarla, y devolverla lo más rápidamente posible al sector privado. El BBVA, dijo, no ha variado su política crediticia, pero es necesario que todo el sistema financiero esté en una buena situación de liquidez y solvencia para que la financiación fluya.

En otro foro, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, confirmó que solo ayudará a entidades que hayan actuado "correctamente" y sin graves problemas de solvencia. Aclaró que se actuará a través del Fondo de Garantía de Depósitos, al que se aportarán fondos públicos si se agota, y solo en último término a través de recapitalizaciones.