La batalla entre Sacyr y el BBVA supondrá un desgaste para ambas compañías. Sufrirán en los mercados y en su prestigio, con el correspondiente perjuicio para los accionistas. Entonces, si González es el principal obstáculo para sacar al banco del ojo del huracán, si parece evidente que mientras siga al frente de la entidad será difícil su convivencia con un Gobierno hostil, "¿por qué no se va? Al fin y al cabo, es un hombre rico, al que sólo le faltan cinco años para jubilarse", preguntan en medios financieros. "No se va por principios. Los principios son claves para el presidente de este banco. Este es un asunto muy serio. Si el Gobierno quiere echarle, que lo diga. Pero tendrá que hacerlo con una ley", responden en el banco.

Aunque continúe en el banco por "principios", González ha organizado ya su salida, según fuentes próximas. En cinco años, José Ignacio Goirigolzarri, actual consejero delegado, presidirá la entidad. Mucho tiempo para sobrevivir a un Gobierno hostil, aseguran medios empresariales.