Tras el buscador, el correo, el procesador de texto, las presentaciones, el calendario y la agenda, el navegador estaba al caer. Y así ha sido. Google presentó ayer la versión beta (aún no definitiva) de un programa para acceder a internet, Chrome, que revoluciona algunas de las funciones habituales tanto en el ordenador como en los teléfonos móviles, como el tratamiento de la privacidad y de la estabilidad de la navegación. Y lo hace justo cuando Microsoft ultima la nueva versión, la 8, de su Internet Explorer, y de la forma más original, presentando sus características en un cómic con sus programadores.

"Chrome es una vuelta de tuerca tecnológica a cómo construir un navegador hoy", asegura Jordi Mas, coordinador de Firefox, el segundo navegador más utilizado en internet, con un 13,76% de usuarios en todo el mundo. El programa, que mantiene la Fundación Mozilla, logró ocho millones de descargas en 24 horas este pasado agosto cuando lanzó su versión 3.0. Con datos del pasado febrero, One Stat señalaba que Internet Explorer mantiene el 83,27% de la cuota mundial; el 2,18% es para Safari; el 0,55%, para Opera, y el 0,14% aún para Netscape.

El nuevo navegador --que de momento solo funciona para Windows-- está construido por ingenieros que, explican en su blog , "trabajan muchas horas dentro de un navegador" y que han querido hacer un producto "limpio y rápido". Es software libre y está abierto a que otros programadores lo modifiquen. De hecho, advierten de que no está acabado y que esperan los comentarios de los usuarios.

Nuevo JavaScript

Como motor utiliza WebKit, el mismo que el Safari de Apple, y componentes de Mozilla, una fundación que se mantiene con aportaciones de particulares y empresas, sobre todo de Google, que pese a su nuevo programa ha prometido apoyo financiero a la organización hasta el 2011. Y es que la compañía de Larry Page y Serguei Brin aportó el año pasado 56 de los 66 millones de dólares que ingresó la fundación. Los ingenieros de Google, además, han construido un nuevo JavaScript, mejorado, y han aplicado la tecnología Google Gear, que permite usar mejor las funciones de navegación cuando no está conectado a la red.

Chrome, que se puede descargar en inglés desde anoche en un centenar de países, tiene una interfaz muy simple, basada en pestañas y no en ventanas. Su arquitectura, sin embargo, es diferente a otros programas que usan este modelo como Firefox o Internet Explorer 7, porque cada pestaña es independiente y si una tiene un problema de descarga o se bloquea, no paraliza el resto de páginas, sino que detecta el elemento que le ralentiza y lo elimina. Esto se aplica también al malware y a los programas espías, a los que bloquea automáticamente.

Otra novedad está en la privacidad. Chrome permite navegar de modo anónimo, es decir, sin que se instalen cookies que permitan a un tercero conocer por qué páginas ha pasado antes aquel usuario. Esto es muy atractivo para un internauta, pero impedirá a muchos administradores conocer detalles de su tráfico.