Gonzalo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, defendió la solvencia de la banca española durante la junta de accionistas que celebró la entidad financiera en la ciudad de Valencia ayer. En este sentido, señaló que las entidades españolas han triplicado su capital desde el inicio de la crisis, lo que permite soportar el volumen de activos problemáticos que aún están en poder del sector financiero español.

La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, recordó esta semana en una entrevista publicada en la Memoria de Supervisión del Banco de España, que las entidades españolas tenían todavía más activos tóxicos que antes de la crisis, y mencionó la cifra de 72.000 millones de euros en septiembre del 2018, así como la necesidad de reducir esos activos, a pesar del trabajo que ya han realizado los bancos españoles en este sentido.

Gortázar comentó que la labor del Banco de España es vigilar a las entidades financieras, pero precisó que el nivel de solvencia de los bancos españoles «se ha triplicado», insistió el primer ejecutivo de CaixaBank. También se refirió el presidente de la entidad Jordi Gual, el trabajo realizado hasta ahora para reducir el volumen de activos improductivos en poder de la entidad financiera que preside. «Los hemos reducido un 67%», subrayó ante los accionistas. El propio Gortázar recordó que los saldos dudosos durante el 2018 se han bajado en 3.111 millones de euros y que los activos adjudicados han caído en más de 5.138 millones por la venta de carteras a fondos de inversión.

RENTABILIDAD CON TIPOS BAJOS / Gortázar reconoció que el entorno económico que se avecina no parece el más favorable, a juzgar por las predicciones de los expertos, aunque confió en que el BCE encontrará fórmulas para facilitar que los bancos puedan ser rentables con tipos bajos. No obstante, la entidad no modifica los objetivos de su plan estratégico, y se propone conseguir un ROTE (rendimiento del patrimonio tangible) del 12% en el 2021, tal como quedó establecido en el plan estratégico del banco que fue presentado hace varios meses y que implica un importante ajuste de estructura.

Mientras los representantes sindicales de CaixaBank expresaban su protesta ante la puerta del Palacio de Congresos de Valencia por la marcha de las negociaciones del expediente de regulación de empleo (ERE) que afecta a más de 2.100 trabajadores de la entidad, Gortázar repasó ante la junta los objetivos de ese plan estratégico que implica un cambio sustancial en el modelo de oficinas para transformarlas en el formato store, con el que se quiere llegar a las 600 oficinas. En representación de un grupo de accionistas y de CCOO, Ruth Bolaños intervino en la junta para pedir a la entidad que retire las medidas forzosas (despidos y movilidad) que la empresa ha presentado en la negociación del ERE. También intervinieron el resto de sindicatos representados en CaixaBank en el mismo sentido. Gual, por su parte, confirmó la voluntad de la entidad «de llegar a un acuerdo» con los sindicatos y su predisposición al diálogo. En este sentido defendió la remuneración del consejero delegado, puesta en duda en alguna intervención sindical, que calificó de «adecuada y moderada, si tenemos en cuenta el tamaño de esta entidad», aseguró.

CAMBIO DE COMPORTAMIENTO / El consejero delegado, por su parte, felicitó a la plantilla por su trabajo, pero subrayó ante los accionistas que el cambio de comportamiento de los clientes, la prolongación del entorno de tipos bajos, la fuerte presión competitiva y la insostenibilidad del coste del riesgo en mínimos «nos exige inversión para adaptar la red de distribución al cliente y, por otro, se impone una búsqueda continua de eficiencia para asegurar la sostenibilidad». La situación del sector «es compleja y hay que transformar el negocio para adaptarlo a los nuevos tiempos», remató.

También recordó que los objetivos de CaixaBank son seguir siendo rentable en el tiempo. «Seguiremos demostrando nuestra capacidad de generar resultados en un entorno de tipos bajos», comentó. «Las medidas que estamos tomando -que tienen un coste a corto plazo- reforzarán nuestro modelo de negocio y nuestra capacidad de generar valor de forma sostenida en los años del plan y, también, a más largo plazo».