En una jornada festiva en buena parte del país, el Ibex dio bandazos al son marcado por el cuádruple vencimiento de futuros y opciones. La evolución suele repetirse cada trimestre: subidas iniciales, calma chicha y fuertes bajadas sin previo aviso. No hubo ayer mucha diferencia, salvo por la ausencia de datos macro y de otros catalizadores del mercado, lo que dejó el campo de batalla a manos de los grandes operadores.

El selectivo español terminó la sesión con una pérdida del 0,78% y del nivel psicológico de los 11.000 puntos. El lunes hubo malos augurios cuando Moody´s pronosticó para España un ajuste doloroso, y S&P una crisis más intensa que la de 1993. Pero si ha habido un factor que ha devuelto el miedo a las bolsas, ha sido la vuelta a la actualidad de la situación presupuestaria griega. Cuando parecía que la aguas bajaban calmadas, Alemania ha pasando la patata caliente de un posible rescate al FMI. Y plantando cara con firmeza a Sarkozy, Trichet y Juncker, partidarios de una solución interina. Todo ello sirvió para que el euro cediera frente a la divisa estadounidense hasta los 1,352 dólares.

No es que el tema sea menor, pero en la confusa hora de las brujas todo puede ocurrir, ya que la tendencia se mueve ajena a las referencias. Por lo que se refiere a los títulos, Acerinox, Arcelormittal, Ferrovial, Indra, Sacyr, OHL, Santander, REE y BBVA se situaron entre los bajistas. Todos perdieron entre el 1% y el 2%. El parte de damnificados fue largo y solo se libró del castigo un pequeño grupo de valores encabezados por Telecinco --el mejor en lo que llevamos de año-- e Inditex. En el mercado continuo, la noticia estuvo en Metrovacesa, que perdió casi el 3% tras desvelar que contempla un ampliación de capital. Destacaron las bajadas de Lingotes Especiales, que cayó el 3,62%, seguida de Corporación Financiera Alba y Solaria, que perdieron el 3,24%.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajó una centésima, hasta el 3,87%.