Los primeros ministros griego y turco, Costas Caramanlis y Recep Tayyip Erdogan respectivamente, inauguraron ayer el primer gaseoducto que une sus respectivos países y que se convierte a la vez en la unión directa de los productores de gas asiáticos con los consumidores europeos.

Por el momento solo abastecerá a Grecia, pero en el 2011 se ampliará con otro gaseoducto que cruzará el país para servir a Italia y al oeste europeo. Esto lo convierte en una obra estratégica para la UE, que busca fórmulas para superar la dependencia de las fuentes energéticas rusas.

El proyecto tiene el apoyo de EEUU. Al acto de ayer asistió el secretario de Estado americano de la Energía, Samuel Bodman, que destacó que la obra "inicia una expansión del mercado y conduce a una diversificación para los consumidores y los productores, que deben felicitarse por esta competencia".