Ryanair vive muy atenta al coste de las tasas aeroportuarias. Busca aeropuerto baratos y procura conseguir ayudas de las administraciones para limitar los costes de su actividad en cualquiera de sus bases. A cambio, se compromete en atraer turismo. Entre los acuerdos que consigue con las administraciones se incluye promover en los países de origen los destinos turísticos a los que vuela, gracias a las aportaciones públicas.

Si no logra un trato favorable, Ryanair prefiere cancelar operaciones. Así ha ocurrido en Valencia, cuya base cerrará en invierno.