El vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, descartó ayer el riesgo de recesión en la zona euro, pero apeló a una mayor implicación de los Gobiernos y de la Unión Europea para impulsar una política fiscal más activa que refuerce las medidas de bajos tipos de interés ya impulsadas por el BCE para estimular el crecimiento.

«No creo que la zona euro esté abocada a una recesión en absoluto. Es un evento con una probabilidad muy reducida», dijo Guindos en el X Encuentro del Sector Financiero organizado por KPMG y Expansión. No obstante, pronosticó «un crecimiento muy bajo en la zona euro, por debajo de su potencial, durante un periodo muy dilatado». Tampoco apreció el representante del BCE «riesgo de deflación» en la unión monetaria, con un desplome de precios que pudiera llegar a dañar la actividad económica, pero admitió que en un contexto de desaceleración económica con importantes riesgos a la baja «podría ocurrir en estas circunstancias».

PLAN PRESUPUESTARIO / En particular, la ministra de Economía, Nadia Calviño, defendió que la coyuntura española es algo mejor que la de los socios europeos. «El PIB crece trimestre a trimestre, y capeamos la situación mejor que muchos de nuestro entorno», dijo Calviño.

Mañana miércoles vence el plazo para que los estados miembros remitan a Bruselas sus programas presupuestarios para el 2020 y el Gobierno incluirá en él sus nuevo cuadro macroeconómico. La ministra no desveló si el Gobierno revisará a la baja su actual previsión de crecimiento del 2,2% para este año y del 1,9% para el 2020. El nuevo cuadro macro del Gobierno ha sido sometido a la consideración preceptiva de la Autoridad Fiscal (Airef).

En el actual contexto de desaceleración económica y bajos tipos de interés, De Guindos se refirió a las tres principales vulnerabilidades que aquejan al sector financiero: La baja rentabilidad, el elevado endeudamiento público y privado y las posibles tensiones de liquidez en el sector no bancario.

Según De Guindos, el 90% de los bancos supervisados por el BCE ofrecen una rentabilidad por debajo del coste de capital que se deriva de la exigencia de los inversores. Eso está llevando a una baja valoración bursátil de los bancos que, con carácter general, cotizan por debajo del 50% de su valor contable en libros, lo cual dificulta la apelación al mercado en busca de capital.

Desde el punto de vista del BCE, los bajos tipos de interés no constituyen la causa fundamental del problema de rentabilidad de la banca europea. De Guindos aludió a «causas estructurales» relacionadas con el exceso de capacidad de la banca europea, con su menor eficiencia y con el escaso avance en los procesos de consolidación bancaria.

En particular, la rentabilidad de las entidades españolas es superior a la media europea, si bien sigue siendo inferior al coste de capital, según apuntó en el mismo foro el gobernador del Banco de España, Pablo, Hernández de Cos. Los beneficios de los bancos españoles bajaron el 11,5% en el primer semestre y, desde el punto de vista del gobernador, «el hecho de que los tipos de interés vayan a situarse en niveles bajos o incluso negativos más tiempo, puede terminar afectando a la rentabilidad».

LOS DEBERES / En este contexto, las entidades españolas «deben perseverar en mejorar la calidad de sus balances, incrementar los niveles de eficiencia y solvencia y aumentar sus esfuerzos para mejorar su reputación», según el gobernador. También ayudaría que «tras las elecciones, se conformara un Gobierno estable que redujera la incertidumbre sobre el curso futuro de las políticas económicas».

En cuanto a una posible nueva oleada de fusiones bancarias para mejorar las ratios de rentabilidad y eficiencia, el consejero delegado de BBVA, Onur Genç, admitió que el banco tiene un equipo de 50 personas que estudia las diferentes oportunidades posibles sobre fusiones o compras. «Tenemos la obligación de analizar cada oportunidad que surja, pero nuestro enfoque sigue siendo crecer de forma orgánica».

Por su parte, el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, descartó participar en un nuevo proceso de concentración y dijo que «les toca a otros jugar» a fusiones en España. «No estamos en este partido». El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, admitió que las fusiones permiten ganar escala y ser más eficientes en costes y comercialmente, pero «no son un tema sencillo y distraen mucho». El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, admitió que las fusiones son «un tema que está siempre abierto. Y el tiempo lo dirá», respondió al ser preguntado sobre una posible participación de la entidad «activa o pasiva» en un proceso de consolidación.