"Aburrida". Así calificaba un analista habitual la sesión de ayer. La razón era que ya llevaba demasiados días igual. Parecía el surfista que lleva tiempo remando a brazo desde la tabla en busca de oleaje, sin resultados. Y sin noticias fuertes, la bolsa se queda plana. Que esté subiendo tampoco es indicador suficiente, porque el problema del surfista es que lleva días, varias semanas, buscando oleaje y si echa pie sigue pisando arena. El volumen, poco atendido en las últimas semanas, sigue siendo tan bajo como en agosto. Eso indica que las dos o tres crestas cazadas hasta ahora son poco.

En la sesión europea de ayer aparecieron datos contradictorios, que se cotizaron como tal. Que si la confianza de los alemanes baja en agosto, las cotizaciones también. Que si Gamesa anuncia más inversiones en China, bolsa española para arriba, fiados del viento favorable que ha cazado en oriente la fabricante de aerogeneradores. Y en Estados Unidos, tampoco hubo oleaje. Más consumo del previsto en agosto movió el índice en positivo, aunque cuando se supo la razón no hubo para tanto. Como el mercado de libros y material escolar es libre, para animar las ventas justo antes del inicio de curso hubo descuentos masivos, incluso de impuestos, y así creció la facturación comercial en once estados. Poco para ser bien registrado en el anemómetro de Wall Street, que a media sesión se movía solo 15 décimas.

El Ibex avanzó 41 puntos, el 0,38% y dejó el índice en los 10.806 puntos. Mucho avance si no fuera porque así estaba el 9 de agosto, en plena canícula. El aumento más espectacular fue el citado de Gamesa, con un alza del 9,6%. Los grandes valores, bancos y Telefónica, ganaron unas décimas. El principal descenso fue el de AcerlorMittal (-1,68%), seguido de Endesa (-0,7%) tras conocerse que podría vender su red de gas, en tanto que Bankinter bajó el 0,56%, y Gas Natural, el 0,47%. En el mercado continuo destacó la subida del 7,57% de Azkoyen.