La ralentización alemana, el brexit y la caída de Thomas Cook han hecho mella en el turismo que cerrará el año con una caída de llegadas de extranjeros por primera desde el 2009, aunque con un aumento del gasto. Ese es el pronóstico que hacen los hoteleros sobre el sector: a falta de menos de dos meses para concluir el año auguran que no se alcanzará el récord de 82,8 millones de visitantes del año pasado, pero sí los 89.856 millones de euros de gasto.

«Estimamos que en el 2019 tendremos un cierre por debajo del 2018, pero eso es algo insignificante, no sé si serán 500.000 o 100.000 menos, pero lo que sí sabemos es que el gasto hasta el 31 de octubre se ha incrementado en un 2,5%», explicó el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Juan Molas, durante la presentación de las previsiones de invierno de la patronal. Un alza en el montante que los turistas dejan que podría llevar al sector a rozar la «mágica cifra» de 180.000 millones de euros de aportación al PIB.

De cumplirse las estimaciones, España cerraría el año sin récord de turistas. La última vez que sucedió algo similar fue en el año 2009 cuando llegaron 52,1 millones de turistas, un 8,8% menos que en 2008, y momento a partir del cual el turismo extranjero inició una senda al alza que se disparó con la salida del mapa turístico de destinos competidores como Turquía, Túnez y Egipto.

SECTOR EN ALERTA / La recuperación de estos mercados hace un par de años puso en alerta a un sector acostumbrado a registrar éxito tras éxito. En el 2018 se empezaron a evidenciar las primeras señales de debilidad con un verano sin récord, por primera desde 2010. El periodo estival es un buen medidor de toda la temporada que entonces no finalizó en negativo sino con un incremento del 1,1% respecto al 2017, pero que dejó patente la ralentización. El ritmo de crecimiento en el 2017 fue del 8,9% y en el 2016 del 10,3%.

El buen desempeño de los competidores sumado al fantasma del brexit y la ralentización económica en Europa, impulsada por la locomotora alemana, así como otros factores como el buen tiempo en el norte de Europa, han llevado a que en julio, agosto y septiembre de este año visitasen España un 0,7% menos de extranjeros que en el 2018. Las llegadas hasta septiembre crecieron un 1,25% (67,1 millones), por lo que los tres últimos meses del año serán claves.

Con este contexto, esperan estabilidad para la temporada de invierno -de noviembre a marzo (Semana Santa)- después de que la caída de Thomas Cook en septiembre hiciese saltar todas las alarmas de un sector tocado, pero que «ha amortiguado el golpe», según Juan Molas. Hasta el 31 de octubre, Cataluña continúa como el primer destino de los extranjeros, a pesar de las protestas a la sentencia del procés.