Ya se habla de la mayor huelga en la historia de la compañía pero la situación aún puede ir a peor. La movilización iniciada por los pilotos de Lufthansa la medianoche del domingo al lunes supuso ayer la cancelación de más de 800 vuelos en los principales aeropuertos del país en los que las escenas de caos se repitieron durante todo el día. El seguimiento masivo por parte de los alrededor de 4.000 pilotos de Lufthansa del paro convocado por la asociación Cockpit impedía ayer que la aerolínea cumpliera siquiera con unos servicios mínimos.

Ayer era solo el primero de los cuatro días de huelga convocados que se calcula supondrán la cancelación de 3.200 vuelos y harán perder a la compañía aérea unos 100 millones de euros. En el centro de la discordia está la exigencia de garantías y seguridad en los puestos de trabajo y que se evite, entre otras cosas, que la empresa traspase parte de los vuelos tradicionales de Lufthansa a otras empresas extranjeras o filiales del grupo en otros países cuyos pilotos cobran tarifas más bajas.