Iberdrola prevé invertir 75.000 millones de euros en los próximos cinco años, de los que el 21% (14.300 millones) serán en España, según ha anunciado este jueves la eléctrica como eje central de su nuevo Plan Estratégico 2020-2025. Este 2020 la eléctrica se había marcado como meta lograr unas inversiones récord de 10.000 millones de euros que está camino de conseguir, por lo que su nuevo objetivo será mantener este ritmo durante los próximos dos años e incrementarlo a una media de 13.000 millones anuales en el periodo 2023-2025.

La compañía destaca que se trata del "mayor programa de inversiones de la historia de una empresa española" con el que prevé contribuir a la dinamización del tejido industrial y del empleo. El 90% de las inversiones -68.000 millones- serán orgánicas. El resto, 7.000 millones de euros corresponden a la adquisición anunciada hace unos días de la compañía americana PNM Resources.

Más de la mitad de este crecimiento orgánico (51%) irá destinado a renovables --unos 34.680 millones de euros- y el 40%, a redes -unos 27.200 millones de euros--. El objetivo es alcanzar los 60.000 megavatios renovables en 2025, frente a los 32.000 megavatios instalados en 2019. Al final del período, el parque de energías limpias se distribuirá entre eólica terrestre (26.000 megavatios), marina (4.000 megavatios), solar (16.000 megavatios) e hidroeléctrica, tanto tradicional como de almacenamiento (14.000 megavatios).

Por otra parte, con la inversión en redes, la compañía prevé situar la base de activos regulados del grupo en 47.000 millones de euros en 2025, 1,5 veces su valor actual. Esta cifra contempla inversiones en transmisión, que alcanzarán los 4.000 millones. Además, continuará digitalizando sus redes, como elemento clave para para promover las redes inteligentes y garantizar la masiva incorporación de renovables en un futuro próximo. Al final del periodo, Iberdrola habrá instalado más de 21 millones de contadores inteligentes.

En España, Iberdrola incrementará sus inversiones un 60% hasta alcanzar casi 14.300 millones de euros, un 21% del total del grupo. A renovables se destinarán más de 7.000 millones y, a redes, más de 4.500 millones de euros. Estados Unidos y Reino Unido concentrarán 34.000 millones de euros de la inversión, un 50% del total. Y crece la apuesta por otras áreas internacionales, con inversiones por más de 11.000 millones de euros.

Crecimiento

En los últimos 20 años, la compañía ha multiplicado por seis su capitalización bursátil y por cuatro su beneficio neto. Además, ha multiplicado por tres el dividendo (0,40 euros) y reducido su apalancamiento financiero del 50% al 45%. La eléctrica ha pasado de ser una compañía local (50% de comercialización y generación, 40% redes y 10% renovables) a ser una compañía global (24% de comercialización y generación, 52% redes y 24% renovables).

En los próximos cinco años, el grupo prevé acelerar esta tendencia de crecimiento con un beneficio beneficio neto que se elevaría a 5.000 millones de euros, tras crecer anualmente durante el período entre un 6% y un 7%. En 2022 el beneficio neto se situará en el rango entre 4.000 millones y 4.200 millones de euros, frente a los 3.700-3.900 millones previstos para ese año en el plan 2018-2022. Además, la retribución al accionista aumentará en línea con los resultados y se establece un suelo creciente de entre 0,40-0,44 euros por acción a 2025.