La caída de la demanda hizo que Iberia, tras 14 años de beneficio, perdiera 273 millones de euros el año pasado, frente a los 32 millones de ganancia del 2008. Los vuelos de radio corto --España-- y medio --Europa-- son los principales responsables de la debacle, y la compañía está decidida a poner fin al problema cuanto antes. "Necesitamos dejar de sangrar", dijo ayer su presidente, Antonio Vázquez.

El problema de la aerolínea es la proliferación de los trenes de alta velocidad, el crecimiento de las compañías de bajo coste y que los viajeros cada vez tienen más en cuenta el precio. Así las cosas, Iberia necesita abaratar su estructura cuanto antes. Hace un año, el grupo lanzó la idea de crear su propia línea de bajo coste para operar desde Madrid y sustituir sus vuelos, como ya hizo en Barcelona con Clickair, que posteriormente se fusionó con Vueling. La dirección ha pactado ya un convenio colectivo de tres años, que incluye esta medida, con los empleados de tierra y los tripulantes de cabina. Con los pilotos no ha sido posible.