Las bolsas europeas bajaron ayer por tercer día consecutivo ante la debilidad de Wall Street, afectada por el mensaje del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, la víspera, un mal dato de pedidos industriales en la zona euro, las malas cifras de la sueca H&M y las nuevas dudas sobre la situación en Grecia que elevaron a máximos históricos los CDS, el coste de asegurarse contra un impago de la deuda helena. Para cubrirse ante una eventual suspensión de pagos de los bonos griegos hacen falta 1.075.000 euros por cada 10 millones en deuda. Con este panorama, el Ibex 35 se dejó el 3,03% para terminar la sesión en los 9.586,5 puntos.

En la parte positiva de la jornada, y para evitar males mayores en Wall Street, las peticiones semanales de subsidio de paro cayeron más de lo esperado, desde 476.000 registradas previamente hasta los actuales 457.000. Por otro lado, los pedidos de bienes duraderos registraron una caída del 1,1%. Sin embargo, la apertura de Nueva York fue bajista después de que el miércoles, con las plazas europeas cerradas, la Fed mostrara una mirada menos optimista sobre la economía norteamericana. Las condiciones han cambiado, debido principalmente a la crisis de deuda pública de Europa.

En medio de la incertidumbre general, el inversor George Soros echó más leña al fuego al atacar la excesiva disciplina presupuestaria del Gobierno alemán, que en su opinión pone en riesgo a toda la Unión Europea.

Solo Grífols, que ha firmado un acuerdo con la biotecnológica española Progenika Biopharma para distribuir en todo el mundo un test de genotipos, acabó la sesión al alza (0,19%). Entre los valores más perjudicados, las energéticas REE e Iberdrola cedieron el 4,27%, la primera, y el 4,15%, la segunda. Pero también Telecinco y Sacyr-Vallehermoso se dejaron más del 4%, mientras que Abertis, Acciona, Banesto, Endesa, Popular, Santander, Técnicas Reunidas, Abengoa, BBVA y FCC perdieron más de un 3%.