Las bolsas españolas cerraron la sesión sin tono y sin tendencia clara, planas e indolentes ante un cierre del año en el que parece todo ya hecho. Una subida del 0,10% es a estas alturas poca cosa, y más si va aparejada a escasa actividad e indicadores que sin dejar de ser alarmantes añaden poca pimienta a los argumentos de venta o de compra. La situación del banco italiano Monte dei Paschi es el fantasma que por más que conocido debe ser controlado con el rabillo del ojo. Las pérdidas acumuladas en el año se han situado en el 1,76%, pero lógicamente el balance final depende de cada cartera, y algunos habrán ganado. En la situación actual, el sector financiero español es el que debería sufrir los mayores varapalos, pero con escaso volumen de negocio cualquier subida o bajada debe ser mirada con escepticismo. El Banco Popular estuvo en lo alto del selectivo con un alza del 2,5%, a contracorriente de grandes del sector como Santander y BBVA, que se dejaron respectivamente el 0,4% y el 0,2%. Las razones hay que buscarlas en movimientos especulativos de los que es mejor que el pequeño inversor esté al margen.