En un marco poco propicio para las compras y con un volumen de contratación relativamente bajo, el Ibex 35, principal índice de la bolsa española, ha conseguido llegar al cierre con ganancias (0,38%, hasta los 8.530 puntos), a pesar de la nueva caída de los bancos y en especial del Santander. La apertura alcista de Nueva York salvó a los mercados europeos de una nueva jornada de números rojos.

Wall Street prestó cierta atención a la intervención del presidente de la Reserva Federal (Fed) de EEUU ante la Cámara de Representantes. Ben Bernanke expuso que la Fed ha comenzado a notar señales de alivio en el mercado del crédito, lo que unido a los resultados mejores de lo esperado del fabricante de ordenadores Hewlett Packard, propició el rebote a pesar de que los malos datos macroeconómicos continúan.

Hoy se conocerán datos que pueden aportar nueva luz sobre la dirección que están tomando las economías, como el índice de precios de consumo de EEUU y el producto interior bruto español. Más el primero que el segundo tendrá incidencia en los mercados.

Por lo que respecta al parquet español, el Santander, en pleno proceso de ampliación de capital, volvió a ser castigado por los inversores, que hicieron caer su valor el 1,15%. El BBVA, que anunció una gran titulización de créditos hipotecarios, cedió el 0,75%. Pero el peor parado en el sector financiero fue Bankinter, que cerró con pérdidas del 4,71%. El banco desbancó del primer puesto de las entidades bajistas a Sacyr Vallehermoso, que a lo largo de la jornada llegó a caer hasta un 11% para finalmente ceder un 4%.

Los avances de Telefónica e Iberdrola de más del 1,5% fueron el trampolín desde el que el Ibex saltó de los números rojos a los verdes, gracias al peso de estas compañías en el indicador. No obstante, el valor más alcista fue Banesto, que repuntó un 5%. Enagás y Repsol lo hicieron un 2%. La petrolera avanza pese al retroceso del petróleo.