La bolsa española registró hoy la quinta mayor caída del año (2,81 por ciento) y cayó hasta 12.600 puntos, perjudicada por los problemas del sector financiero y de la economía estadounidense, que propiciaron nuevos máximos históricos del petróleo y del euro.

El índice de referencia del mercado nacional, el Ibex-35, bajó 365,40 puntos, equivalentes al 2,81 por ciento, y terminó la sesión en 12.656 puntos. En el año acumula una bajada del 16,64 por ciento. Por su parte, el índice general de la Bolsa de Madrid cayó el 2,52 por ciento; el Ibex Medium, el 2,17 por ciento y el Ibex Small Caps, el 1 por ciento.

En el Viejo Continente, con el euro a 1,575 dólares, las pérdidas fueron superiores. Fráncfort cedió el 4,81 por ciento; Londres, el 3,86 por ciento; París, el 3,51 por ciento, y Milán, el 3,39 por ciento.

La caída del 1,6 por ciento de Wall Street el pasado viernes, por el hundimiento en bolsa y los problemas de liquidez de Bear Stearns, determinó que el mercado español iniciara la sesión con una caída superior al 2 por ciento. Además, había provocado que Tokio cediera el 3,7 por ciento esta madrugada.

Abría la bolsa española la jornada por debajo de 12.700 puntos, sin que le importara demasiado que la Reserva Federal -banco central estadounidense- decidiera rebajar los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 3,25 por ciento. Sin embargo, esta decisión si había incidido en la cotización del petróleo y del euro, que registraban nuevos máximos históricos por la debilidad de la divisa estadounidense. Así, el barril de Brent ascendía por la mañana a 107,97 dólares y la moneda única ascendía a 1,5904 dólares.

Mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) consideraba que la situación económica y financiera es peor de lo previsto, la bolsa no perdía de vista el nivel de 12.700 puntos.

Aunque Wall Street abría con pérdidas superiores al 1 por ciento por el retroceso del 0,5 por ciento de la producción industrial estadounidense y el descenso de la actividad manufacturera en Nueva York. El mercado neoyorquino, condicionado por la caída de la banca, ignoraba la compra de Bear Stearns por JP Morgan y la decisión de la Reserva Federal.

Sin embargo, mientras el presidente estadounidense, George Bush, reconocía que la economía de su país atraviesa momentos difíciles, al tiempo que prometía ayuda, Wall Street empezaba a recuperarse y hasta llegaba a registrar ganancias, con lo que la bolsa española reducía sus pérdidas y se aproximaba a 12.900 puntos.

Al mismo tiempo, el precio del petróleo bajaba por el temor a que la mayor economía del mundo entre en recesión y el Brent llegaba a 101 dólares. La recogida de beneficios también reducía la presión sobre el euro, que descendía a 1,57 dólares. Sin embargo, tras conocerse la intervención del Banco de Inglaterra y el cambio de tendencia de Wall Street, la bolsa española acentuó su caída y, presionada por constructoras y bancos, concluyó la sesión con el quinto mayor descenso del año.

Repsol y los bancos, los peor parados

De los grandes valores destacó la bajada del 4,17 por ciento de Repsol, así como la bajada de los bancos, afectados por las pérdidas del sector a nivel internacional: BBVA cedió el 3,03 por ciento y Banco Santander, el 2,95 por ciento. Iberdrola cayó el 2,58 por ciento y Telefónica, el 2,29 por ciento.

Bolsas y Mercados Españoles (BME) lideró las pérdidas del Ibex con una caída del 5,94 por ciento, seguida de Ferrovial, que liquidaba casi todas las ganancias del viernes al ceder el 5,17 por ciento.

Con pérdidas comprendidas entre el 4 y el 5 por ciento se situaron Criteria (4,76 por ciento); Gamesa (4,48); Acerinox (4,36); ACS (4,26) y Repsol. Siete compañías bajaron entre el 3 y el 4 por ciento: Abengoa; Acciona; FCC; Banesto; Bankinter; BBVA e Iberdrola Renovables.

Sólo una empresa del Ibex, Indra, acabó con ganancias, el 0,39 por ciento, mientras que Sogecable registró la menor caída, el 0,43 por ciento.

En el mercado continuo destacó la caída de EADS, el 12,68 por ciento, en tanto que Martinsa-Fadesa lideró las ganancias con una subida del 9,25 por ciento tras alcanzar un acuerdo para renegociar su deuda.

La rentabilidad de la deuda española a largo plazo bajaba una centésima, hasta el 4,12 por ciento, en tanto que los inversores habían negociado en el mercado continuo 4.845 millones de euros, de los que poco más de 400 correspondían a operaciones efectuadas por inversores institucionales.

Todos los sectores del mercado madrileño bajaron: materiales básicos, el 3,4 por ciento; servicios financieros, el 2,73 por ciento; petróleo, el 2,55 por ciento; tecnología, el 2,23 por ciento; servicios de consumo, el 1,82 por ciento, y bienes de consumo, el 1,16 por ciento.