El Gobierno ha dado un paso más para compensar, a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO), la sequía de crédito para familias y empresas. A partir del 1 de enero, el ICO podrá invertir, como accionista, en el capital de empresas; también podrá conceder créditos, directamente, a empresas para financiar proyectos de inversión y, además, podrá prestar dinero a particulares, para rehabilitar sus viviendas. Son tres importantes novedades que se han introducido aprovechando la aprobación del nuevo Fondo de Economía Sostenible para el 2010 y el 2011. En el fondo, el ICO queda transformado en algo cada vez más parecido a la banca pública que reclaman diversos sectores para asumir el papel que parece haber dejado de hacer el sector financiero (dar créditos e invertir).

Estas medidas "ayudarán a normalizar el crédito", valoró ayer la vicepresidenta económica Elena Salgado. "Normalizar --definió-- no quiere decir que el crédito vuelva a crecer el 20%, sino que todos los proyectos solventes puedan encontrar la financiación suficiente".

CUATRO PRODUCTOS Salgado compareció ayer junto al presidente del ICO, José María Ayala, y el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, para explicar los detalles del nuevo Fondo de Economía Sostenible, cuya puesta en marcha fue aprobada ayer en la Comisión Delegada para Asuntos Económicos.

El nuevo fondo tendrá una dotación pública de 10.000 millones para el 2010 y el 2011, y pretende ser completado con otro tanto proveniente de las entidades financieras privadas. Son 20.000 millones, en total, para la que debe ser la principal herramienta financiera para el cambio de modelo productivo que quiere impulsar el Gobierno a través de la Ley de Economía Sostenible (LES). El fondo se articula a través de "cuatro productos" que gestionará el ICO. Habrá un fondo de capital inversión (1.000 millones) para financiar infraestructuras y energía. A través de esta herramienta, el ICO podrá recapitalizar empresas, mediante la compra de acciones preferentes, como un "socio capitalista", sin ánimo de participar en la gestión, aclaró Campa. Se invertirá un máximo de 100 millones por cliente, con un plazo de amortización máximo de 30 años. Salgado justificó la necesidad de esta herramienta "porque en este momento no hay capital disponible para invertir en las empresas". Una función similar se ejercerá también a través de un fondo de capital riesgo (300 millones) para proyectos de hasta 15 millones por cliente, y 12 años de amortización.

El fondo incluye un bloque de 8.700 millones para una línea de mediación que, como es tradicional, se gestionará a través de las entidades financieras. La novedad es que parte de esta dotación podrá ser utilizada por el ICO para financiar directamente proyectos de inversión, cuyo riesgo será valorado y asumido en su totalidad por el propio ICO. Hasta ahora, el ICO solo hacía esta función de forma esporádica, para grandes proyectos, y dentro de un grupo de entidades.