Ignacio Rivera (A Coruña, 1965) es el consejero delegado de Hijos de Rivera, la compañía cervecera que fundó su bisabuelo en 1906. La fecha da nombre a una de las muchas marcas de esta empresa coruñesa obsesionada con innovar y que ha conquistado el mercado español con su producto más tradicional, Estrella Galicia. El año pasado facturó 531 millones de euros. Rivera recuerda que cuando él llegó la fábrica producía 30 millones de litros al año. Ahora, la firma vende más de 300 millones de litros de cerveza anuales a toda España sin perder el espíritu artesanal y avanza en su expansión internacional. La hostelería aporta el 70% de la facturación de Hijos de Rivera.

La hostelería está sufriendo en toda España, pero en Madrid los bares abren hasta las doce, en Andalucía hasta las seis... ¿Qué modelo le parece más acertado? Modelos hay tropecientos. Cada comunidad tiene el suyo. Lo primero es atajar la pandemia. La hostelería estoy absolutamente convencido de que es una solución y no un problema. Demonizarla no es bueno. Evidentemente hay casos que no han sido buenos ejemplos y debe haber unas distancias y unos protocolos, que en un altísimo porcentaje cumplen los hosteleros. Con esos protocolos se fomenta que no se contagie la gente porque socializa en un ámbito con distancias e higiene. Si no lo haces ahí, te vas a ir a casa. Y al final la socialización en casa no tiene esas medidas de seguridad.

Pasaron el primer confinamiento sin ajustes laborales. Hoy prevén aumentar plantilla ¿Podrán mantener esa previsión? Nuestra intención es hacerlo y este 2020 lo vamos a mantener. ¿Qué va a pasar el año que viene? Ahora nos está golpeando la segunda ola. 2021 va a ser complicado. No sabemos qué va a pasar. Tenemos que aprender e intentar hacer compatible la economía y la salud y si no se puede, lo primero es la salud. Necesitamos modelos que nos ayuden a resistir.

No han parado de crecer en los últimos años ¿Quiere ser el Inditex de la cerveza?¿El Inditex de la cerveza? Queremos ser la cerveza más amada. Sabemos que no vamos a ser la más vendida. ¿Por qué? Tenemos una fábrica en A Coruña y el sueño de tener otra en Brasil, pero con dos cocinas es difícil tener cerveza para todo el mundo.

¿Qué techo tienen entonces? Somos una empresa 'big craft', o de grandes artesanos. Cuando empecé a trabajar teníamos vendíamos 30 millones de litros y ahora vendemos más de 300 millones. Lo que sí que hemos mantenido es ese espíritu artesanal, de hacer la cerveza a fuego lento. ¿El futuro? La fábrica actual tiene un límite y para eso ya tenemos reservados unos terrenos que nos permitirían doblar nuestra producción. También tenemos el sueño de la fábrica de Brasil. Hay capacidad para seguir creciendo mucho. Yo soy cuarta generación y creo que con eso tengo bastante para estar entretenido.

En sus discursos, siempre ensalza la importancia de soñar. ¿Con qué sueña Ignacio Rivera? Con seguir luchando, ser más global, tener un impacto positivo y una compañía que ayude más a las personas, que la gente que está contigo esté feliz... Brasil también es un sueño; en los últimos 11 años de mi vida he trabajado intensísimamente allí y ahora me voy otra vez, que no apetece mucho con el Covid. Estamos explorando ubicaciones y en 2023 deberíamos tener esa fábrica en Brasil. Ojalá. También sueño con un día vivir más tranquilo, pero todavía me quedan muchos retos, como que seamos la cervecera más grande de las big craft. Que Carlos Sainz gane la Fórmula 1... hay muchos sueños.

Y siguiendo con eso, ¿sueña con tocaralgún día la campana de la Bolsa para que Estrella Galicia cotice como lo hacen cerveceras como Carlsberg o Heineken? No, ese no es un sueño

¿Pero podría pasar? Sí. La verdad es que nosotros estamos invirtiendo muchísimo y todavía tenemos un nivel de endeudamiento muy cómodo. Pero si la familia está de acuerdo en hacerlo, podríamos ver la viabilidad sin perder el control. ¿Por qué no? Pero no hemos hablado de eso, porque tenemos recursos. Y lo de tocar la campana no me haría mucha ilusión aunque lo hiciésemos (ríe).

Son una empresa familiar que ha llegado a la cuarta generación ¿Qué carga supone eso? ¿Cómo se plantea la sucesión? Esto es como una carrera de relevos. Un día te dan el testigo y tú sabes que lo vas a entregar a la siguiente generación. Las empresas familiares cada vez se complican más porque las generaciones hacen que las familias sean más numerosas. Hay que coser para que tengan el sentimiento de un legado común de 114 años. Evidentemente todos no pueden entrar a trabajar. Tienes que poner las reglas, invitarlos a ellos a que opinen, porque van a ser los propietarios. Ya están en todos los órganos de debate y de futuro.