La llegada de las fiestas navideñas recrudece estos días la competencia en el sector comercial. La recta final del año se convierte para la mayoría de las cadenas de hipermercados y supermercados en la última oportunidad del ejercicio para mejorar su posición en el sector y sanear la cuenta de resultados. Es cada vez más habitual que el incremento general de los precios, avalado por las estadísticas del IPC, coexista con el lanzamiento de ofertas atractivas y una verdadera guerra publicitaria en los buzones. Pequeños comercios tradicionales y cadenas como Prenatal ya han empezado a hacer descuentos de hasta el 50%.

Los consumidores se convierten en estas fechas en el motor indiscutible de la economía al multiplicar sus gastos. Cerca del 20% de la facturación del sector comercial se consigue en este periodo, aunque para algunos productos puede llegar al 70% de las ventas, como en el caso de los juguetes y los turrones.

La Navidad llega en un momento delicado desde el punto de vista de la inflación, que ha subido durante el 2003 bastante más de lo pronosticado por el Gobierno (el 2,8% en 12 meses). Los alimentos han subido una media del 5% este año, pero los tomates y las judías verdes se vendieron hasta el 50% más caros que hace un año.

EL TURRON, MAS CARO El turrón de Alicante y el de Jijona cuestan este año en torno al 7% más que a finales del 2002, según el presidente del consejo regulador de este producto, José Enrique Garrigós.

También se constata el incremento del peso del marisco y el pescado en la cesta de la compra navideña, en detrimento de las carnes. Los turrones tradicionales ceden terreno ante los elaborados con chocolate u otros dulces menos tradicionales.

Las cadenas reflejan el cambio de los hábitos de los consumidores. Ya no se compra lo que se necesita sino lo que se desea, pero el precio sigue siendo el principal argumento. "Es un factor irrenunciable", reconocen en Carrefour. Pese al encarecimiento de la mayoría de los productos, otros se bajan para atraer clientes. En el caso del textil, las rebajas se adelantan a diciembre.

"En productos como los juguetes es ilógico que los precios sean más altos, ya que el comercio debe deshacerse de aquellos que no han tenido éxito", explica el profesor del IESE, José Luis Nueno. En su opinión, el adelanto de la campaña navideña a noviembre es un error comercial, ya que se reducen las adquisiciones impulsivas y, si se planifican las compras, se gasta menos.