El encarecimiento del crudo durante el último año ha restado unos 150.000 millones de euros (25 billones de pesetas) del producto interior bruto mundial. Este descenso se debe a que "el estímulo económico que reciben los países exportadores de la OPEP en forma de más ingresos se ven recortados por el efecto depresivo de unos precios más altos en las economías de los países importadores", según la Agencia Internacional de la Energía.