La indecisión europea y el lento y tardísimo respaldo a Grecia han agravado la crisis financiera a un nivel abismal, han multiplicado su coste de forma astronómica y han propiciado el asalto generalizado de los especuladores contra la zona euro. La cancillera alemana, Angela Merkel, es señalada por todos, de forma más abierta o velada, como la principal responsable de este desastre.

Los dirigentes políticos y los expertos coinciden en que un compromiso claro de apoyo financiero a Grecia desde el principio por parte de la zona euro, con la concesión de préstamos bilaterales si fuera necesario, hubiera evitado tal situación.

El tipo de interés a 10 años que pedían los mercados a Grecia en febrero se limitaba al 6,64%, con una penalización de solo 3 puntos con respecto al bono alemán, que es la referencia. Ahora, incluso aprobada la ayuda europea, es del 13,17%.

Alemania, el principal socio de la zona euro, en lugar de prometer con claridad ese respaldo financiero desde el principio ha estado varios meses enviado mensajes públicos contradictorios, que propiciaron una escalada especulativa cada vez más intensa contra Grecia, que ha acabado arrastrando al conjunto de la zona euro a una espiral desenfrenada que costará a los europeos miles de millones de euros.

Merkel, temerosa de perder las cruciales elecciones que se celebrarán hoy en el land de Renania del Norte-Westfalia por la impopularidad entre los alemanes de las ayudas a Grecia, retrasó cualquier medida preventiva efectiva. E incluso llegó a evocar incluso la posibilidad de "expulsar" a Grecia del euro.

Cuando el respaldo financiero europeo apareció ya como indispensable, Merkel y los miembros de la coalición gubernamental alemana aún continuaron con sus mensajes confusos y la multiplicación de exigencias, que ponían en duda que fuera a materializarse finalmente esa ayuda financiera europea a Grecia.

"Se ha actuado con tres meses de retraso", lamentó ayer el expresidente del Gobierno español Felipe González. "¿Cuánto nos van a costar esos tres meses de retraso?", añadió.

Durante la incubación del actual ataque especulativo contra Grecia y el conjunto de la zona euro, la actitud alemana exasperó a los principales dirigentes europeos, que no dudaron en expresar de forma más o menos clara su profundo malestar por el comportamiento de Merkel.