La industria informática está decidida a acabar con la piratería de sus programas, de la que responsabiliza en buena medida a las tiendas. Microsoft y la Business Software Alliance (BSA), que agrupa a la mayoría de fabricantes, denunciarán a las tiendas a la vez que preparan una campaña de comunicación entre distribuidores y consumidores para concienciarles de las ventajas de comprar productos originales. La organización asegura que España está 10 puntos por encima de la media europea en copias ilegales de programas.

Microsoft, además de demandas contra 39 tiendas descubiertas con la artimaña del falso comprador, mantiene una ofensiva informática: quien instale un programa sin licencia no podrá ejecutar varias funciones. Según sus cálculos, en España se venden al año unas 100.000 copias ilegales de Windows y Office a usuarios que las compran por buenas, además de las que se copian voluntariamente o las que se descargan de internet.

La BSA calcula en 38% el porcentaje de tiendas españolas que "solo venden programas piratas", según su presidente, Luis Frutos, que asegura que hasta ahora no han actuado a fondo contra ellas. De las 361 acciones legales que emprendió BSA el año pasado entre empresas y distribuidores, "menos de un tercio" se centraron en comercios.

"Hay varios tipos de programas piratas: los que se venden con factura haciéndolos pasar por buenos, los de fabricantes que instalan una copia pirata con un número de licencia válido, y el engaño real de la tienda que regala el programa", afirma Myriam Pereira, jefe de producto de Windows para pymes en Microsoft Ibérica. La herramienta que detecta si la versión es legal es un programa que se recibe como si fuera una actualización del sistema operativo.

Las tiendas se muestran de acuerdo con la iniciativa antipiratería, aunque cuestionan la cifra de comercios que venden programas ilegales.