El Ministerio de Hacienda no ajustará la tarifa del impuesto sobre la renta (IRPF) del 2004 a la inflación, según admitió ayer el titular del departamento, Cristóbal Montoro. Esta política, que se mantiene desde hace varios años, supondrá que el alza de precios del 2003 --ya en una tasa anual del 3%-- se comerá más de la cuarta parte de la última rebaja del impuesto. La reforma del IRPF que entró en vigor en enero del 2003 supuso una rebaja media del 11,1%.

"La norma de este Gobierno no es deflactar --restar la inflación-- sino bajar los impuestos", sentenció ayer Montoro. En su opinión, es necesario desvincular tanto la evolución de los impuestos como la de los salarios del crecimiento de los precios.

MAS PRESION FISCAL

En el 2004 permanecerán congelados los impuestos especiales. Además, la rebaja del IRPF que ha entrado en vigor este año se notará en la declaración de la renta que se presente en primavera.

Montoro admitió que el Gobierno estudia congelar los módulos del IRPF, sistema por el que tributan más de dos millones de autónomos y pymes. No obstante, añadió que "no toca" desvelar este tema hasta dentro de unos meses. Hacienda baraja publicar la norma sobre módulos a primeros del año próximo, justo antes de las elecciones generales.

PREVISIONES FUTURAS

El ministro rehusó detallar si la presión fiscal subirá el año próximo. Este indicador, que mide el peso de los ingresos tributarios sobre el producto interior bruto, alcanzó en el 2002 el 35,48% del PIB, medio punto más que el año anterior. Se estima que en el 2004 los ingresos por impuestos y cotizaciones crecerán más que el PIB, lo que previsiblemente volverá a elevar la presión fiscal.

El total de ingresos consolidados del Estado ascenderá a 216.832,83 millones de euros (36 billones de pesetas), el 5,2% más que lo presupuestado en el 2003. El IRPF seguirá como la principal fuente de financiación del Estado (con un incremento del 5,5%) por encima del IVA (que ingresará el 7,9% más). El IRPF recaudará 49.271 millones.