El 60% de los empleos que se crearon el año pasado en España fueron ocupados por trabajadores extranjeros, según los datos recogidos en el anuario sobre inmigración que presentó ayer el Consejo Superior de Cámaras de Comercio. La importancia de la inmigración para el crecimiento económico del país ha sido algo destacado por el Banco de España y por otras instituciones pero nunca, hasta ahora, se había precisado tanto.

"Sin el concurso de cerca de 450.000 nuevos ocupados inmigrantes, la nueva oferta de empleo por parte del tejido productivo español (767.000 nuevos puestos de trabajo creados en el 2006) se hubiera quedado sin cubrir", concluye el autor del estudio, el catedrático de Economía Aplicada Josep Oliver.

El fenómeno responde, en buena parte, al agujero demográfico generado por la baja natalidad de la sociedad española. En 1996, había 6,3 millones de efectivos de 16 a 25 años, mientras que en el 2005 la cifra se había "hundido" hasta los 4,8 millones, 1,5 millones de jóvenes menos que no están en el mercado de trabajo "simplemente porque no nacieron", dice.

MENOS JOVENES Si hace 10 años el 22,2% del mercado laboral estaba compuesto por trabajadores españoles de 16 a 25 años, el año pasado este porcentaje no superaba el 15,6%. También el grupo de entre 26 y 34 años cayó el 0,2% en este periodo y este descenso se aceleró hasta el 2,2% en el 2006.

La magnitud y la profundidad del cambio demográfico queda más evidente si se contempla en términos absolutos, ya que el estudio estima que entre el 2005 y el 2006 "se han perdido 300.000 individuos de las cohortes más jóvenes (hasta 34 años)".

Oliver explica que en España se ha producido "un agotamiento progresivo de los efectivos nativos", sobre todo entre los hombres. Su tasa de ocupación ha llegado al 82,2%, lo que "hace muy difícil la incorporación de nuevos trabajadores masculinos" al mercado laboral.

En el periodo 2001-2006 han sido fundamentalmente las mujeres y los inmigrantes los que han proporcionado mano de obra a las empresas. El año pasado, las españolas ocuparon el 29% de los nuevos puestos de trabajo que crearon las empresas y los inmigrantes se quedaron con el 57,8%. Solo el 13,3% restante correspondió a varones nacidos en España.

Según los datos aportados por el estudio de las cámaras, todo este proceso ha sido beneficioso para el empleo de los trabajadores nacidos en España, ya que la abundancia de mano de obra ha provocado que las empresas generen a su vez más demanda.

DESACELERACION El Gobierno y la mayoría de los analistas no niegan que Europa y España padecen el inicio de una desaceleración económica. Los principales perjudicados serán precisamente los trabajadores inmigrantes que desempeñan las tareas de más baja cualificación. Actualmente hay 198.384 parados extranjeros en España, el 22,9% más que hace un año.