Que todo cambie para que todo siga igual. Ese parece ser el principio en el que se basa la liberalización eléctrica que entrará en vigor el próximo 1 de julio y que provocará una buena subida de tensión, pero no de las instalaciones, sino de los clientes. Lo pronostican las eléctricas, que acaban de vivir la polémica del cambio de la facturación de la luz de bimestral a mensual.

Eso sucederá especialmente con unos dos millones de usuarios con una potencia contratada por encima de los 10 kilovatios (KW) y, si no optan por pasar al mercado libre, como les invita a hacer una carta enviada por las eléctricas, verán aumentar su recibo el 5% cada trimestre. En este grupo que debe salir del precio regulado y supone en torno al 9%, hay pymes y consumidores que tenían tarifa nocturna.

Pero el desconcierto alcanza ya a los más de 23 millones de usuarios de la actual tarifa regulada, a pesar de que los cambios no les afectan tanto como temen. El revuelo proviene de la carta enviada por las distribuidoras (Endesa, Iberdrola, Gas Natural-Unión Fenosa e HC Energía y otras más pequeñas) en la que explican el proceso de liberalización de forma poco comprensible. El Ministerio de Industria prevé organizar "algún acto informativo", para aclarar que el único colectivo forzado a pasar al libre mercado es el de más de 10 KW de potencia contratada, según fuentes del departamento.

La misiva de las eléctricas avisa al cliente de que tendrá que elegir nuevo suministrador. "La verdad es que las cartas han generado más dudas que nada", dice un portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE). Fuentes del ministerio lo atribuyen a una "información nefasta" por parte de las eléctricas. Y estas dicen que han reproducido un texto que Industria impuso con un real decreto de abril.

La carta avisa de que, a partir del 1 de julio, la luz la suministrará una nueva empresa. A quienes tienen contratada una potencia inferior a 10 KW se les notifica que pueden optar por una comercializadora en el mercado libre o acogerse a la tarifa de último recurso --TUR-- (la que sustituye a la tarifa actual) con una de las cinco comercializadoras de último recurso (CUR). Si no eligen nada, la luz pasará a facturársela una filial de la distribuidora habitual. La UCE aconseja a la mayoría de usuarios olvidarse de la carta: "A partir del 1 de julio, ya se verá si surgen ofertas interesantes en el mercado. El cambio podrá hacerse en cualquier momento".

BONO SOCIAL El nuevo modelo eléctrico prevé también el bono social, una tarifa para los colectivos más desprotegidos, que se mantendrá congelada durante dos años, según Industria. Se aplicará, entre otros a los usuarios con una potencia contratada menor de tres kilovatios.