Ocurrió con las empresas tecnológicas durante la burbuja del 2000. Y ahora, las compañías inmobiliarias vuelven a tantear al mercado de renta variable en el momento más álgido para el sector. Los propietarios quieren sacar rendimiento de su proyecto empresarial mediante la salida a bolsa y lo hacen a precios muy elevados, según los expertos, que no dejan margen para que los inversores particulares consigan rendimientos tras la salida.

"El sector de la construcción cotiza hoy a precios que están por encima de su valor real, así que las inmobiliarias aprovechan eso para vender a precios que no se aceptarían de otra manera", explica Jaume Puig, presidente de la gestora de Gaesco.

La inmobiliaria Renta Corporación, especializada en la rehabilitación de edificios, comenzó a cotizar en bolsa el 5 de abril de este año. El precio de salida fue de 29 euros por título. Ahora, está en torno a 24 euros, lo que significa una caída del 15%. En ese mismo periodo, el Ibex ha descendido solamente el 2,4%. Parquesol se incorporó a 23 euros por acción. Está ahora en 18 euros, un 21,7% por debajo del precio de salida.

ACAPARAR EL PROTAGONISMO De las 10 firmas que han salido o han anunciado su cotización este año, seis son inmobiliarias. "No se trata de una casualidad. Los accionistas quieren rentabilizar las inversión", comenta Mariano Sancho, director de renta variable de Riva y García.

De las incorporaciones recientes, tan solo en el caso de Astroc se ha abierto el capital a inversores institucionales --caso del Banco Sabadell-- con el propósito de reforzar la estructura para emprender nuevos proyectos empresariales y mejorar la percepción de la compañía en otros mercados. Aun así, con esta operación, su único accionista, Enrique Bañuelos, ha pasado de ser un discreto empresario a uno de los ricos de la bolsa española con una fortuna personal que supera los 200 millones de euros (33.793 millones de pesetas). Aquí no se ha hecho recaer sobre el bolsillo de los inversores particulares la salida, pues los títulos ganan con respecto al precio inicial. El subsector en el que opera es el de servicios inmobiliarios, mucho menos saturado. Buscar riqueza en la bolsa no es la única motivación de los empresarios del sector. "Además se pretende prestigio empresarial", comenta un directivo de la sociedad de inversiones Morgan Stanley.