Las inmobiliarias españolas han visto en Marruecos oportunidades de negocio. Por su cercanía y su potencial para generar una elevada demanda de inversión, el vecino del norte de Africa se perfila como una opción más que interesante para ampliar mercados e invertir una parte de la gran liquidez de que dispone el sector en nuestro país.

"Esto es como la España de hace 30 años", afirma Josep Passolas, empresario que promueve un millar de pisos en Tánger. "Vienen 10 años de oro, sin duda, en los que Marruecos vivirá un boom turístico, industrial y de desarrollo de infraestructuras. Hay mercado para quien quiera venir", añade.

"Cuando anunciamos que íbamos a entrar en Marruecos, el sector lo vio con mucho escepticismo. Ahora cada vez son más los que nos siguen", dice Belén Rey, directora de comunicación de la pionera Fadesa, presente en el país desde el 2000 e impulsora, entre otros proyectos, del complejo turístico de Saidía, con 3.000 viviendas y 16.000 plazas hoteleras.

Mientras este y otros emprendedores --entre ellos, Marina d´Or, LV Salamanca, Renta Corporación y Urbas-- andan ya bien metidos en harina, posibles candidatos como Laverco y el Grupo San José aprovecharon el Salón Internacional de la Construcción de Casablanca, que cerró ayer, para tener una primera toma de contacto.

España ha sido la invitada de la feria. De las 315 empresas que participaban, 51 eran españolas. Tánger, Tetuán y Marraquech presentan el mayor potencial gracias a las obras de infraestructuras. La única sombra de duda es que la fuerte demanda de suelo ya está disparando los precios.