Hundidas en el agua permanecen hasta hoy cientos de empresas en el norte de Marruecos. Algunas de ellas son españolas, y se han visto obligadas a cerrar sus puertas de forma temporal. "Afectados por la crisis económica y ahora tenemos que aguantar esto", comentan indignadas fuentes de la sociedad de textil Abanderado. Esta empresa, como el resto, está instalada en una zona inundable, pero "nunca se pensó que caería ese agua en tan poco tiempo", afirma Abderrahim Kabbaj, responsable de Protección Civil.

Las más de 170 empresas derruidas por las lluvias torrenciales se encuentran en dos polígonos separados por un río que se desbordó por sorpresa. "Casi 200 litros de agua en cuatro horas, el 40% de lo que suele llover al año en la región", expone Kabbaj.

Protección Civil recibió la semana pasada un telegrama de la Wilaya de Tánger, equivalente a un Ayuntamiento en España, alertando de las lluvias que se avecinaban. Parte del material de Abanderado aguardaba en el exterior a la espera de ser salvado cuando llegaron las nuevas lluvias. De momento, no han finalizado el inventario de material, pero sus pérdidas se calculan en millones de euros. Entre puestos directos e indirectos, la empresa emplea alrededor de 500 personas, en estos momentos sin trabajo, aunque espera retomar el 25% de la fabricación en menos de un mes.

Frente a las nuevas amenazas de temporal, ya han diseñado una estrategia de compuertas internas en la nave para evitar la entrada de agua.

LENTES ENFANGADAS Benito Cazal viste botas de agua y una chaqueta militar que le llega a las rodillas. "Ni siquiera se puede entrar", explica. Su empresa, Indo, está muy dañada. Fabrica lentes de gafas, que hace dos viernes encontró "enfangadas" porque el nivel del agua alcanzó más de metro y medio de altura, afectando también a otras empresas colindantes.

Sus máquinas, materias primas y productos acabados, destinados en gran parte a la exportación, se vieron hundidos en el barro y aún no ha terminado el desescombro. Algunas de sus máquinas, valoradas en más de 400.000 euros, son irrecuperables porque "con solo un grano de arena se deterioran".

Los daños materiales de Indo aún no están evaluados, pero Cazal apunta que las pérdidas podrían ser muy elevadas. Pero, a diferencia de la mayoría de los inversores instalados en la zona industrial de Mghugha, su producción se desviará a España.

No han corrido la misma suerte otras empresas marroquís, con producción local, que ya están pensando en cerrar y han tenido que dejar a miles de empleados en la calle.